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La joven Hanae E.L. fue condenada ayer a 4 años de prisión tras intentar colar a un subsahariano dentro de una maleta. Sorprendentemente agradeció al tribunal su condena
Escuchar por boca del juzgador la hilera de años que a uno le toca pasar entre rejas por haber incurrido en un delito, nunca ha sido plato de buen gusto para ninguno de los acusados que ha ‘desfilado’ por los juzgados de Ceuta. Para ninguno excepto para ella. La marroquí Hanae E.L., quien no pudo ayer contener la emoción cuando la magistrada del tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, Rosa de Castro, comunicaba a viva voz la condena de 4 años de prisión fijada por conformidad por haber intentado pasar dentro de una maleta a un inmigrante subsahariano. Hanae sonrió, miró hacia el cielo y hasta agradeció al juez divino que el terrenal le condenara a pasar 4 años privada de libertad. “Muchas gracias”, dijo sonriente.
A los cuatro años de cárcel se le añade el pago de las costas; un dinero que no podrá abonar y que pidió que le fuera sustituido por más tiempo en prisión. Nunca una condena había sido recibida con tanta gratitud como la que, desde ya, tendrá que cumplir esta joven, sorprendida el 30 de diciembre de 2016 por la Guardia Civil, cruzando el paso arrastrando una maleta. En su interior se encontraba Fosseni Toure, quien tuvo que recibir atención de Cruz Roja porque estaba mareado y con sudoración. Ese riesgo para la vida ha sido tenido en cuenta a la hora de presentar la calificación del Ministerio Fiscal, aunque podía haberse fijado una pena máxima de hasta 8 años.
Cuando Hanae fue detenida manifestó a la Guardia Civil, y también lo hizo en el juzgado de instrucción, que le habían engañado ya que creía que dentro de la maleta portaba perros muertos. Durante este tiempo ha permanecido en prisión provisional hasta la condena, que es firme, que fue acordada ayer.
Fosseni Toure se encuentra ya en la península a donde fue trasladado en una de las salidas de inmigrantes que son acogidos por oenegés. Toure tenía un hermano en el CETI y con él permaneció hasta su marcha a la península, teniendo siempre como objetivo su entrada en Europa.
Por cierto que los fallos del sistema informático volvieron a ser la pesadilla para la Audiencia, después de que este juicio solo se hubiera podido grabar en sonido, sin captar la imagen al dar continuos fallos. Así, en pleno 2017, se tuvo que celebrar una conformidad a la vieja usanza. Y esto es algo conocido ya por todos los estamentos judiciales. De hecho el TSJA en su última memoria ha hecho alusión a los continuos fallos del sistema, lo que no hace sino causar retrasos en la celebración de juicios y en el desarrollo de los trámites judiciales. Los avances para la justicia se vuelven contra ella hasta el punto de ralentizarla y alejarla de las rápidas resoluciones que esperan los ciudadanos.