La llegada de las Cruces de Mayo trae consigo alegría y color para el local social de Bermudo Soriano I. Varias vecinas de esta barriada de Ceuta se reúnen todos los días para la creación de esta y, cada viernes y sábado durante este, mes cantan la Salve.
Así es. Bermudo Soriano I es ejemplo de unión y reunión vecinal. Desde hace más de un mes, un grupo de vecinas y vecinos residentes en la barriada, junto a la presidenta de la asociación de vecinos, María del Carmen Martín, no faltan a su cita en el local social.
Una cita incuestionable
Desde este espacio, todas las noches, pues por las mañanas y tardes hay muchos más quehaceres que llevar a cabo, según indica Martín, estas vecinas se reúnen en el local social de la barriada para realizar las manualidades correspondientes para la instalación y montaje de la cruz.
Estas vecinas y vecinos, aunque solamente tres varones participan, siendo un número bastante superior el de mujeres, además de la creación de la Cruz, también celebran sus pequeñas fiestas particulares con comida, bebida y buen ambiente.
La creación
La llegada de la Cruz de Mayo en Bermudo Soriano I se celebra con sencillez, en un círculo reducido, pero esto no devalúa la grandeza de lo que se lleva a cabo en el local social de esta barriada.
A pesar de no contar con una gran celebración o inauguración, según cuenta Martín, “hasta personas de otras barriadas se acercan para apreciar la Cruz que nosotros hacemos”.
Este año, el color elegido ha sido el amarillo y la belleza de la Cruz de Bermudo Soriano no se puede negar.
Flores de papel
Para su elaboración, en primer lugar, el grupo de vecinos diseña en detalle el plano de la Cruz a fabricar. A continuación, comienza el trabajo de creación de flores en “papel de pinocho”.
“Usamos materiales reciclados. Las flores que hemos usado para los jarrones están hechas de brochetas y forradas con las bolsas verdes de reciclaje”. Según dice Martín, “cuestan mucho trabajo” pero estas vecinas y vecinos ya “tienen experiencia”.
Fue en marzo cuando comenzaron con la creación y no fue hasta mediados de abril cuando la terminaron. “Es entonces, cuando ya está terminada, que se coloca una manzana con una tijera en símbolo de la cruz y de esta manera, según dice la tradición, se evita que se le pongan peros”, dice entre risas Martín respecto a las posibles críticas que pudiera recibir la creación.
“Esto corta que la gente diga que le falta algo”, agrega.
Todas las noches, estas vecinas tienen una cita a la que no pueden faltar. Desde las 21.00 horas trabajan sin cesar para dar color a este rincón de su barriada.
El grupo
Entre las vecinas que acuden al local social para formar parte de este entrañable círculo están Adelina, tesorera de la asociación de vecinos, quien “tiene mucha imaginación”; Juani, que también forma parte de la directiva; Chica, Pili, Tere, Chati, Carmen, Chelo, María del Carmen, etc; y, los nombres de los tres hombres que se unen a estas mujeres son Julio, padre de Martín, que a sus 90 años acompaña a su hija en estos ratitos, José Antonio y “Jose”.
Como en toda barriada, siempre hay historias que contar. Julio, padre de la presidenta de la asociación de vecinos, ha sido carpintero toda su vida, ofreciéndose a fabricar los escenarios sobre los que se lucía la Cruz.
La salve
A día de hoy, aunque ya no colabora activamente, sigue formando parte de una tradición que se mantiene viva gracias a la colaboración vecinal de Bermudo Soriano I.
Para finalizar, como se mencionaba en un principio, este grupo, durante el mes de mayo, todos los viernes y sábados cantan la salve a puertas del local social y, en ocasiones, se unen otras personas de la barriada.
“También le cantamos la salve a la Cofradía de la Inspiración y viceversa”, concluye.