La crónica de una crisis en el PSOE que ha terminado de explotar

Lo ocurrido en el Pleno de este miércoles celebrado en Ceuta es la crónica de un desenlace previsto al que solo había que colocar la fecha.

La herencia de un tipo de política basada en la imposición de su criterio sobre el resto que dejó el exsecretario general del PSOE, Juan Gutiérrez, fue entendida a la perfección por quien aspira ahora a ser su relevo, Melchor León.

¿El resultado? Un partido controlado por una Gestora que dice públicamente que recoge las distintas sensibilidades, pero que sigue marcando una clara brecha con parte del pensamiento del Grupo Parlamentario que no se identifica con el modo de proceder político sencillamente porque ni sabe quién manda en el PSOE o incluso desconoce el contenido de comunicados difundidos públicamente.

En recientes declaraciones a los medios el propio León indicaba que en el partido “no existen facciones”, pero sí “diferentes opiniones”. Se encargó también de dirigir su propia campaña de apoyo para presentar el partido como un equipo que “está más fuerte que nunca”.

Hoy se ha escenificado que todo eso era incierto, más bien suponía un salvavidas para tapar el coladero del partido. En el PSOE hay de todo menos una cabeza pensante, una unidad clara de acción y una sensatez. Madrid ya sabe que en Ceuta las cosas no marchan bien, ahora habrá que determinar que procedimiento sigue con el expediente de expulsión anunciado por la Gestora para su diputado socialista y su diputada independiente.

24 horas antes de que se comunicara al PP que votarían en contra del expediente de modificación de créditos (lo hicieron el martes a las siete de la tarde), los socialistas habían mantenido que se abstendrían.

Esa era la máxima: todos los diputados se iban a abstener, pero se dio un giro que no ha tenido explicación. ¿Quién dio la orden de cambiar de criterio y por qué?, ¿se cambia el sentido del voto por imposición de unos pocos sobre el resto?, ¿quién manda ahora en el partido o desde qué administración se dirige?

El portavoz Sebastián Guerrero tenía hoy la oportunidad de explicar por qué se cambió esa intención de voto, por qué el PSOE dijo de abstenerse para luego votar en contra. No lo ha hecho porque no ha querido emplear su segundo turno de intervención a la que tenía derecho para responder a las insistentes preguntas de Kissy Chandiramani para que lo hiciera, para que aclarara a qué intereses respondía.

Esos intereses tampoco han sido aclarados en la nota remitida por la Gestora. Tampoco se ha explicado cómo justifican el voto en contra de una modificación que va a salvar puestos de plan de empleo de la Ciudad.

En el momento de la votación ha ocurrido lo que se preveía. Para muchos, ese gesto, de hecho, ha tardado demasiado en producirse. Dos diputados han roto la disciplina de voto, no se sabe qué habría ocurrido de haber estado presente la diputada Hanan Ahmed.

El voto favorable de estos dos diputados supone además erigirse en un cordón contra Vox, ya que el resto de los presentes: León, Hikma y Guerrero han votado en contra como la formación que encabeza Juan Sergio Redondo.

La postura defendida por la Gestora del PSOE dejaba en el aire el Plan de Empleo de la Ciudad, el voto de estos dos diputados lo ha evitado.

¿Y ahora qué? De momento no ha habido pronunciamiento oficial más allá del comunicado enviado. Se tiene que iniciar un expediente para ver el desarrollo final y escuchar a las distintas partes.

En el caso de Fidda Mustafa es independiente, cosa que no ha tenido en cuenta la Gestora en su comunicado. Se tendrá que conocer cómo piensan echar a dos de sus diputados del Grupo porque ninguno de los dos ha indicado que se quiera marchar del PSOE, más bien el diálogo y consenso que debe primar en las tomas de decisiones lleva tiempo siendo inexistente y más bien cercano a las imposiciones.