Aquí, de tan inteligentes que son nuestras excelentísimas autoridades terminan ganando el premio al necio del pueblo. En una Ceuta en la que hay cuantiosos barrios en los que sus vecinos no pueden cumplir con las labores de reciclaje porque no tienen ni depósitos suficientes ni cabe separación de residuos nos anuncian la implantación de contenedores inteligentes.
Así los llaman y así nos los venden. Inteligentes porque son de última generación, dicen, para acoger residuos textiles y aceites vegetales. Sesenta llegarán, ya nos dirán dónde los han comprado y el precio.
Estos políticos no se enteran que aquí, los que votamos, no aspiramos a tener contenedores inteligentes. Solo, fíjense que sencillo, queremos que tengan las calles limpias y que en cada barrio dispongamos de depósitos suficientes. Cuando cumplan con lo básico, ya si quieren nos colocan contenedores de todos los colores y medidas. Pero primero, cumplan con lo necesario, que no lo hacen.
¿Cuántos de ustedes tienen en sus barrios contenedores para reciclar?, ¿cuántos tienen un número suficiente para que quepa toda la basura?, ¿cuántos de esos depósitos están en condiciones o parecen sacados del cuarto de los trastos viejos?, ¿cuántos están contentos con el sistema de recogida que reciben?
La Ciudad podría gastarse otro dinero en las encuestitas que tanto les gustan para palpar el sentir ciudadano antes de hacer el ridículo con estos anuncios.
De verdad, así insultan al personal porque cuando uno no cumple con lo básico no puede efectuar este tipo de regalos envenenados. Y eso es lo que está pasando.
Doten primero de infraestructuras suficientes a toda Ceuta, limpien las calles como se debe y tengan todas las barriadas cubiertas… después ya anuncien lo que vayan a hacer y lo que no, pierdan el tiempo con propuestas, simulen ejercer una política medioambiental que es inexistente... estarán autorizados a ello.
No hay que ser inteligente para cubrir las necesidades básicas en una ciudad que maneja tantos recursos económicos, pero que tiene depósitos sin ruedas, medio rotos y sucios, y no en un barrio, sino en muchos más.