A día de hoy desconocemos el número de sustancias químicas que existen en el mercado y su influencia tanto en la salud de las personas como en el medio ambiente, ya que no han sido suficientemente estudiadas antes de comercializarse.
Me dirán que esto no es posible, que existen organismos oficiales pendientes de estas cosas y con capacidad para impedirlas y salvaguardar la salud de las personas que cada día las compran, y sí, tienen ustedes razón, esos organismos oficiales existen y su función es velar por nuestra seguridad y por nuestra salud. ¿Por qué entonces cada día llegan a nosotros productos tóxicos que son "probados" en los humanos, y que tras años de uso comercial, son retirados por su toxicidad, cuando se comprueba que no eran precisamente inocuos para la salud de la población?. ¿Acaso no debería de realizarse esa comprobación antes de comercializarlos?.
Las causas son múltiples, pero para no extenderme demasiado y aburrirles, les contaré solo las más fundamentales. Todos nosotros hemos oído hablar de los denominados "NIVELES LEGALES" de una sustancia o producto pero....¿Esos niveles legales SON SEGUROS?. Deberían, pero no siempre es así, sobre todo cuando se trata de nuevas sustancias, ya que es la propia industria química que las fabrica la que dicta esos niveles tras realizar los estudios pertinentes, pero esto, es como "tener al zorro guardando el gallinero". Las empresas privadas solo tienen un fin, ganar dinero y hacer estudios suficientemente amplios, durante largos periodos de tiempo, no les resulta rentable. Como tampoco lo es, tener que desechar un producto tras una copiosa inversión monetaria, cuando se encuentra alguna toxicidad.....
Los que hayan visto la película "AGUAS OSCURAS", sabrán de lo que hablo. Basada en hechos reales, en la lucha del abogado Robert Bilott que llegó a arriesgar su carrera, contra el gigante químico estadounidense Dupont, fabricante de un producto químico sintético, PFOA (usado inicialmente para impermeabilizar tanques), y luego para la capa antiadherente de las sartenes de teflón que provocó infinidad de malformaciones y enfermedades entre los trabajadores de la fábrica Washington Works y en la población de Parkesburg en Virginia Occidental. A pesar de que la multinacional conocía los efectos de este producto, lo comercializó durante años, de hecho.....¿Quien no tenía una de estas sartenes en su casa?......
Tampoco ayuda el hecho de que no exista una legislación unificada en todos los países o continentes. ¿De qué sirve que en Europa se aplique el reglamento REACH (acrónimo de Registro, Evaluación, Autorización y Restricciones de sustancias y mezclas químicas), cuyo objetivo principal es mejorar la protección para la salud humana y el medio ambiente frente al riesgo que puede conllevar la fabricación, comercialización y uso de las sustancias y mezclas químicas?. Para cumplir con sus disposiciones, las empresas deben identificar y gestionar los riesgos de las sustancias que fabrican y comercializan en la Unión Europea. Pero en una sociedad globalizada que vende sus productos de uno a otro extremo del mundo, no es raro encontrar noticias en los medios de comunicación que hacen referencia a la importación de productos alimentarios tratados con pesticidas prohibidos en Europa. Que aquí no se puedan utilizar por su toxicidad ampliamente demostrada, no implica que no se estén usando en otros países, en productos que luego llegarán a nuestra mesa.....
Por eso es hora de que los consumidores tomemos conciencia, la que no tienen los fabricantes de estos productos químicos sintéticos, de lo que está ocurriendo y empecemos a pedir responsabilidades a los que deben proteger nuestra salud pero no lo hacen. Conocer la toxicidad de los productos que nos rodean es fundamental, y constituye un primer paso para mejorar nuestra salud.
María Argentina Rey Fernández (Médico afectada de SQM)