La Policía Nacional detuvo ayer a tres personas investigadas por delito de homicidio, por su relación con la desaparición, hace ahora algo más de un año, del joven Mohamed Alí, que no volvió a casa el 13 de enero del año pasado cuando todavía no había cumplido los 18.
A la espera de que los arrestados pasen a disposición judicial, la noticia prueba que las Fuerzas de Seguridad no abandonan los casos que llegan a sus manos y que es conveniente que toda la sociedad confíe en su labor.
Hace muy poco que los agentes del CNP detuvieron también a un varón como responsable de la muerte de un niño de solo 8 años en Loma Colmenar justo antes de Navidad, otro de los sucesos que han conmocionado la ciudad durante los últimos meses.
Tanto ese Cuerpo como la Guardia Civil deben contar con el respaldo de la sociedad para el desarrollo de su labor fundamental. Cuestionar que se mueven por intereses espurios o que realizan su trabajo movidos por otra motivación que no sea esclarecer los hechos delictivos conocidos y poner a disposición de la Justicia a sus responsables genera una desazón que debilita nuestro sistema de derechos y libertades y aboca a las víctimas y su entorno a un doble sufrimiento. En los dos últimos casos más sonados conocidos, uno de más largo recorrido y el otro con detenidos más rápido, los agentes que han desarrollado las investigaciones merecen la felicitación por el trabajo bien hecho al margen de las prisas a las que puede dar pie la opinión pública. Ahora queda esperar que su labor tenga refrendo en los Juzgados.
Y si no se metiera un sabelotodo en donde no debe, mejores resultados