Ha aceptado una pena de 2 años y 9 de meses tras colaborar, mientras que piden para otro acusado más de 4 años de prisión
Dos años y 9 meses de prisión. Esa es la pena que ha aceptado la mañana de este miércoles el ciudadano rumano M.O., a quien la UDYCO vinculó con el hallazgo de más de 600 kilos de hachís dentro de una caravana al término de la Feria del año pasado. Fiscalía ha rebajado la pena solicitada en un principio, atendiendo a la existencia de una atenuante de colaboración con la Justicia, lo que llevó al acusado a conformarse con el cumplimiento del resto de la condena después de llevar desde agosto entre rejas.
Hay otro acusado, F.L., un feriante dueño de un puesto de patatas, a quien el Ministerio Fiscal considera “pieza fundamental” de este pase, nexo de unión “entre los marroquíes” dueños de la droga y quien se prestó a pasarla, M.O. Por ello pide que sea condenado a 4 años y medio de cárcel, además del pago de una multa de tres millones de euros.
La magistrada del Juzgado de lo Penal número 1 ha dejado visto para sentencia el juicio después de escuchar las manifestaciones de los dos acusados, de varios testigos y del responsable de la UDYCO, que ha explicado la forma en la que la Policía supo que se había cargado el alijo dentro de una caravana para, aprovechando la ‘Operación Feriante’, pasar desapercibido.
Las declaraciones de M.O. y del feriante F.L. han chocado frontalmente. El primero, que fue detenido en Algeciras nada más hallarse el hachís, aseguró que quien le había ofrecido llevar a cabo el pase era el empresario. Después del ofrecimiento se había arrepentido pero, según ha aclarado, ya no podía dar marcha atrás.
Declaraciones confrontadas
“Yo no quería hacerlo, pero me dijo que si me echaba atrás un marroquí” (por el dueño de la droga) “nos iba a pegar un tiro”. Ha dicho que sabía que iban a cargar la caravana del feriante para el que trabajaba con hachís pero desconociendo qué cantidad. “Cobraría 10.000 euros”.
Su misión era la de trasladarse a Algeciras con la droga cargada en el vehículo del dueño para el que trabajaba, a sabiendas de que el próximo destino era San Roque y allí se encontraría con F.L. “Mi idea era la de no cometer el deliro, pero me sentí presionado”, ha explicado.
Tras su detención M.O. guardó silencio, pero en septiembre quiso declarar aportando el nombre de la persona que, supuestamente, había orquestado el pase. Es así como la Policía llegó hasta F.L., residente en la península, a quien llamaron a declarar en el Juzgado procediéndose a su detención, ingresando en prisión preventiva hasta la actualidad.
Este empresario, que lleva toda su vida regentando un puesto de patatas, negó tener algo que ver con el delito. Muy al contrario, se erigió en víctima puesto que narró que M.O. se le había acercado a su puesto a ofrecerle el negocio de pasar droga con motivo de la finalización de la Feria. “Me quedé de piedra y le dije que me dejara tranquilo”, insistió. ¿Por qué le inculpa M.O., trabajador rumano que había pasado ya por varios puestos de feriantes como contratado? “No lo sé”, ha respondido.
F.L. nunca contó que le habían hecho ese ofrecimiento para delinquir. Se enteró el mismo día de su marcha del decomiso de hachís pero siguió su rumbo a la península. Dijo que en ese momento ni siquiera pensó que esa droga podría ser la que le había ofrecido embarcar M.O.
Intento de suspender la vista
En su declaración confesó haber sufrido chantajes y presiones por parte de M.O., que le llegó a pedir 50.000 euros a cambio de variar su declaración y no incriminarle en algo que, insistió, es incierto. Su Defensa pidió sin éxito la suspensión de la vista para que pudiera llamarse a declarar a un ordenanza de la cárcel que habría sido conocedor de ese intento de chantaje.
En la vista de este miércoles se ha podido escuchar al dueño de la caravana en donde se halló la droga, que fue precisamente quien alertó a la Policía de que terceras personas habían metido hachís en su vehículo. Sospechó de M.O., su trabajador desde hacía un mes, porque le había pedido que le pagara la nómina y ni tan siquiera reclamó el finiquito, argumentando la prisa por marcharse amén de incurrir en comportamientos que le resultaron raros. La Policía lo detuvo ese día ya en Algeciras.
El responsable de UDYCO ha corroborado la forma en la que se recibió el aviso y el inicio de las investigaciones para dar con posibles testigos de la carga.