Ni un kilo de tomates… ni tampoco un centro de flores. Es la máxima de la
frontera del Tarajal y la máxima que incumplió el llamado M.S.A.M. cuando el pasado 2 de marzo terminó enfrentándose a la
Guardia Civil cuando entraba en Ceuta procedente de
Marruecos con un llamativo recurso floral. El magistrado titular del
Juzgado de lo Penal número 2 le ha condenado a 3 meses y 1 día de prisión por un delito de resistencia, pena que queda suspendida durante un periodo de dos años en el que si delinque se revocaría el fallo. El acusado reconoció los hechos y aceptó la pena impuesta por conformidad entre las partes. Una pena enmarcada en esa cadena de enfrentamientos asociados al llamado
contrabando que ha generado tal debate que incluso ha llegado al Pleno de la Asamblea. El ya condenado
se negó a hacer entrega del centro de flores y terminó encarándose con los guardias civiles que le pusieron las esposas procediendo a su detención. Uno de los agentes sufrió lesiones, aunque sin causar baja ni reclamar indemnización.
Las consecuencias del contrabando
Este es uno de los casos que ha llegado al ámbito judicial, pero quedan otros. Y es que por la frontera se intenta acceder con todo tipo de mercancía prohibida de acuerdo a la relación de alimentos y objetos que han sido reconocidos por las administraciones como adecuados a la normativa. Por la frontera
se intenta pasar de manera continuada alimentos que terminan siendo decomisados por la Benemérita y arrojados al contenedor para su destrucción. Y las críticas no cesan, no solo desde el
ámbito político como el representado por MDyC sino también desde asociaciones de la propia Guardia Civil como es el caso de AEGC que ha colocado en el punto de mira el llamado control del tendero y los episodios extremos a los que se enfrentan los guardias civiles.