Tres meses de cárcel y una multa de 150 euros. Esa es la condena que deberá cumplir el llamado G.P.S., tras reconocer ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 1 ser el responsable de un delito de resistencia y otro delito leve de lesiones.
Todo ello como consecuencia de la actuación que tuvo contra un componente de la Guardia Civil, cuando se procedía a su traslado al ambulatorio José Lafont, en Puertas del Campo. G.P.S. no atendió las órdenes dadas por el agente que lo conducía, al que asestó un cabezazo en la sien.
El acusado, que está preso por otra causa, reconoció los hechos fijándose una condena de conformidad entre las partes, por la que aceptó 3 meses por la resistencia y la multa por las lesiones leves causadas al guardia civil, a quien además deberá indemnizar con 90 euros en concepto de responsabilidad civil. La pena no se suspendió dado el extenso historial delictivo que tiene el autor del delito.
También ayer fueron sentenciados varios casos de tráfico de drogas, todos ellos de pequeñas cantidades que dieron pie a conformidades por parte de sus pasadores. En uno de los juicios, el acusado manifestó inicialmente su intención de colaborar con la Justicia aportando datos sobre el dueño de la droga que se le encontró en su coche. Eran tan vagas las informaciones que no podía aceptarse la instrucción de una suplementaria, así que se dictó condena por conformidad de 3 años y 1 día por el pase de 6,9 kilos de hachís, valorados en 10.998 euros. La droga la intervino la Guardia Civil en enero de este año.
En la jornada de ayer hubo además otras dos condenas por tráfico de drogas, todas ellas por cantidades menores pero que fueron penadas con cárcel al tratarse de casos de reincidencias.
Necesitamos la justicia de los EEUU. En ese país, por agredir a un agente de la autoridad, sale caro; no tres meses de cárcel, sino años y si es extranjero, lo deportan después de cumplir condena. Es la única manera de meter en vereda a esos individuos.