Ha pasado ya más de dos semanas de la celebración de la octava edición del ‘Desafío de los 300’. La exigente prueba deportiva organizada por el Grupo de Regulares nº54 de Ceuta congregó a cientos de participantes distribuidos en varios trinomios.
En la categoría femenina de la competición, las ganadoras fueron el equipo compuesto por el Regimiento de Ingenieros Número 7 de Ceuta, formado por la teniente Romero, soldado Mora y teniente Díaz.
María Romero recuerda aquel día como “una mañana muy buena, con un ambiente impresionante y la carrera, por supuesto, no decepcionó”. Patricia Díaz, por su lado, debutó en la prueba y recalca con risas que sus compañeras le hicieron “sufrir un poco”. En situación similar estaba Natalia Mora, que también debutaba, y que disfrutó, en especial “representar con orgullo al regimiento y la comandancia”.
“Las pruebas me gustaron un montón, los obstáculos te ponían en una situación muy similar a estar en el combate”, recalca Natalia Mora. “Teníamos que trabajar juntas, sufrir juntas y lo disfrutamos mucho.
María Romero destaca el compañerismo en pruebas como esta y como está omnipresente en todo: “La carrera te obliga a acabar la tres juntas, al mismo ritmo y hace que sea imposible de pasar a nivel individual”. Patricia Díaz recalca que no gana el más fuerte, ”sino que hay que ir en equipo”. “Todo es un equilibrio entre fuerza, agilidad y compañerismo, no llegar a conseguir nada sin las virtudes del compañero”, destaca por su lado Natalia Mora.
Estas pruebas, con su exigencia de agilidad, fuerza, resistencia y mentalidad, ofrecen a sus competidoras un abanico de aprendizaje dentro de la intensa competitividad. “Esto se siente como un entreno más, es deporte al fin y al cabo; además, cuando es una carrera con sus avituallamientos, bien organizado, da gusto competir”, remarca María Romero.
A Patricia Díaz, por su lado, la experiencia de desafíos como este último le otorga el gran orgullo de representar a la unidad.
Natalia Mora, en su interior, se siente honrada de poder representar a su unidad y dejarla en lo alto con orgullo. “Al final, cuando consigues un reto así, es como que te sientes capaz de más; quieres lo siguiente, ves que puedes y quieres hacerlo con tus compañeras”.
Retos futuros
Pasado el ‘Desafío de los 300’, aún quedan más retos, tal es así como lo que espera María Romero: “A corto plazo, la semana que viene ya empieza el campeonato local de competiciones de deportes militares y, allí en el que participemos, llevar el nombre del regimiento en lo más alto”.
Patricia, por su lado, vive el deporte como el mayor de los hobbies que tiene y, sin metas a corto plazo, se propone participar en lo que se pueda.
Natalia, por su parte “tira a todas las pruebas”. “Sí a todo, no tengo problemas”, añade con una sonrisa. ‘”IFO’, Cross, Decatlón… representando a nuestra comandancia y hacerlo lo mejor que podamos”, añade Natalia.
Lo que una le da a la otra
Lo mejor del compañerismo, es recibir el apoyo del otro, tal es como remarca Patricia que “sin los ánimos que le dieron hasta el final de la carrera, no hubiesen sido capaz de lograr”. “Estas cosas no solo ayudan a ganar confianza en ti mismo, sino en quién tienes al lado”, destaca por su lado Natalia Mora.