Lo ocurrido en el colegio Ramón y Cajal no es más que la punta del iceberg del abandono institucional que hay en Ceuta con la educación. Los docentes se convierten en esos particulares héroes que suplen las carencias de un sistema que se entrega a la dejadez hasta que salta el sarpullido.
Y ese ha llegado, en el caso de este centro, con su clausura cuando solo una semana antes se había confirmado por parte del Ministerio de Educación que no existía peligro alguno y que el curso se iniciaría sin sorpresas.
No ha sido así, un derrumbe del techo de uno de los baños y el deplorable estado de las instalaciones llevó a cerrar el centro y a tener que buscar el apoyo de otros para ir distribuyendo a los escolares.
Las clases, este lunes en 3 colegios distintos
Este lunes el equipo directivo irá explicando a las familias cómo se irán adaptando sus hijos en los centros que serán, ahora, su escuela: el Juan Carlos I, el Ciudad de Ceuta y el José Acosta.
Hay casos en los que la misma familia tiene varios hijos en diferentes cursos. Se han topado con la sorpresa de que esos niños tienen que ir a distintos colegios.
Es inviable llevar y recogerlos de esta forma, por lo que trasladarán a Educación esta problemática reclamando soluciones inmediatas. Las familias afectadas se encuentran desamparadas por cuanto no saben cómo afrontar lo que va a suceder a partir de este mismo lunes.

El profesorado, unos héroes solos en la mudanza
Antes de ese lunes, queda el trabajo que han hecho los propios profesores. Si vergonzoso ha sido tener que soportar el cierre de un colegio cuyas deficiencias habían sido advertidas durante años por escrito, más aún la manera en la que se ha tenido que preparar la mudanza.
El mismo viernes, los docentes tuvieron que utilizar sus propios vehículos para trasladar el material del centro. Lo hicieron movidos por su profesionalidad y coraje, de no hacerlo, este lunes no podrían iniciarse las clases.
Ese día no se pudo contar con el Parque Móvil, pero tampoco desde la Ciudad se solicitó apoyo a otras entidades como Protección Civil y su asociación o incluso cualquier otra institución para intentar cooperar en los traslados.
Las quejas no se han hecho esperar por parte de los afectados, que consideran lo sucedido vergonzoso.
El profesorado, abandonado como lo ha estado el colegio, se puso manos a la obra para intervenir. El Ministerio de Educación apoyó con un vehículo para echar mano a los docentes, además de a voluntarios que cooperaron para intentar dejar las aulas montadas. Del Ayuntamiento, nadie. Solo el jueves se aportó ayuda con un camión del Parque Móvil para llevar mesas y sillas.

Unas deficiencias que han sido advertidas durante años
Lo más grave de todo es que el estado en el que se encontraba este colegio no ha sido sorpresa para nadie.
Es uno de los más antiguos de Ceuta, sí, pero a la Consejería de Educación se le había informado durante años de las deficiencias en el centro y las consecuencias que esto podía tener en el alumnado.
Esos problemas estructurales habían sido advertidos, pero se ha llegado al punto extremo de desarrollar una obra que en vez de comenzar nada más terminar el curso escolar, lo hizo a mediados de julio.
En la última Conferencia de Presidentes celebrada, el propio Juan Vivas manifestó que 15 colegios de Ceuta tienen ya más de 50 años, solicitando inversiones por parte del Gobierno de España para iniciar obras urgentes o construir más centros que suplan los que ya no tienen enmienda.






