Las tradiciones son señas de identidad de una época, momentos que protagonizaron o siguen protagonizando e ilustrando y que su origen se pierden en la noche de los tiempos. Las celebramos porque las han celebrado muchísimas generaciones que permanecen siempre en el espíritu colectivo y en la tierra que pisamos.
Algunas nos acercan a la naturaleza, otras a seres o acontecimientos que no existieron nunca aunque son necesarios; son fundamentos de la colectividad, ni falta que hacen que existieran o no. Hay otras tradiciones que se convierten en perversas y humillantes propias de sociedades de un inconsciente desatado por los instintos más agresivos.
En Ceuta celebramos el día de la mochila los 1 de noviembre.
Costumbre típica de su tierra. Como en todo el orbe católico se celebra la festividad de Todos los Santos y, por ello, siguiendo la tradición, todos los ceutíes obsequian a sus hijos, sobrinos y nietos, si aún son niños, con la acostumbrada Mochila, en ocasión de la fiesta del día.
La Mochila consiste en una bolsa o talega vulgar que se regala a los niños en cuyo interior hay una naranja, una manzana, una pera, un membrillo, una granada, un plátano, una chirimoya, un boniato, un pan de higo, un racimo de uvas, cierta cantidad indeterminada de higos y pasas y un número no fijado pero sí abundante de nueces, castañas y almendras.
Es un guiño a los frutos de la tierra .
Los orígenes de la romería de San Antonio se remontan a varios siglos. imagen de San Antonio era trasladada en la vispera de su festividad a la Catedral de Ceuta celebrándose el día de San Antonio una Misa Solemne. Los ceutíes acompañamos al Santo todo tipo de parabienes. A mí ya no me queda culo de tanto pedirle novio restregando el pompis en el lugar correspondiente.
Menos mal que la paella y las viandas refrescan a todos los cardenales
La tradición milenaria de los salazones y secaderos de pescado llegó a las costas de Ceuta de la mano de los fenicios, hace 3.000 años, posteriormente los romanos hicieron de la salazón de pescado la principal actividad económica de Ceuta y desde entonces esta elaboración artesanal ha ido pasando de padres a hijos, de generación en generación hasta nuestros días. Traigo volores a Elche. Aquí los llamamos capellanes, aunque el pescado es distinto llevan un aire de familia
También hay otras fiestas que recuerdan las atrocidades que somos capaces de hacer en nombre de santos, cristos y vírgenes: suelen ser los animales los protagonistas de la locura colectiva que nos habla.
Los toros embolaos . El toro de la Vega., La decapitación de ansares, la misma fiesta nacional jaleada con olés y laureadas con la ampuatción de orejas y rabo.
La Semana Santa paseamos a Cristo ensangrentado los “picaos de San Vicente de Sonsierra”. Los “empalaos de Valverde de la Vera”. Manifestaciones religiosas basadas en el dolor, la sangre y el morbo de los asistentes.
Hay otras tradiciones que atentan cotra los derechos humanos y ponen siempre en jaque a la ética. Tienen respaldo popular y eso les crea una coraza para defenderse:
La práctica del “rapto de la novia” para casamientos forzados, la ablación o los crímenes de honor son solo algunos de los muchos ejemplos de praxis de violencia machista que atentan contra los derechos humanos, especialmente de mujeres y niñas, y que se amparan en las tradiciones –y en ocasiones en el relativismo.
Las violaciones se multiplican en países como Camerún y es una práctica habitual que las madres de niñas y adolescentes planchen periódicamente con un palo incandescente los pechos de sus hijas. Con ello intentan disminuir el atractivo sexual de las niñas y luchar así contra el abuso sexual. Planchando los pechos evitan que estos crezcan y que llamen menos la atención a los hombres. Es una práctica brutal que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún, y cuyas madres defienden como beneficiosa.
¿Cómo salvaguardar a la humanidad?
Si cada uno de nosotros recibieran en su propio cuerpo todas las bestialidades en nombre de patatín o patatán lo mismo se cambiaba de opinión.