Todos los portavoces que intervinieron en la junta general de Servicios Turísticos coincidieron en que el camino para encontrar una salida a la conversión de Ceuta en un destino turístico no era nada fácil.
Desde el equipo de gobierno, el portavoz, Guillermo Martínez, defendió que Ceuta tiene un potencial turístico tremendo y que en el último año se habían incrementado las pernoctaciones en un diez por ciento.
Además, explicó que el Plan de Dinamización había sido aceptado no solamente por el equipo de gobierno, sino también por los agentes sociales y económicos. Recordó que no hay que dejar de lado la venida de los turistas marroquíes y que el equipo de gobierno está trabajando en ese sentido.
Y en cuanto al turismo de Congresos señaló que se habían celebrado en Ceuta un total de treinta y un acontecimientos de este tipo.
Mientras, Juan Luis Aróstegui, en nombre de Caballas, reflejó de rotundo fracaso la política de ferias y folletos y que algún día habría que pararse a pensar en si Ceuta puede ser destino turístico, lo que dijo que no era nada fácil.
Donde si incidió el diputado de Caballas en que por supuesto había que cambiar de política turística y diseñar una estrategia y que si se llega al convencimiento de que se convierte en una solución imposible, que se utilicen todos esos fondos para otras prioridades que pudiera tener nuestra ciudad en otros campos determinados.