El portavoz del Gobierno, Jacob Hachuel, ha destacado que el futuro de la torreta del
Príncipe pasa, sí o sí, por su demolición. “Vamos a terminar demoliéndola, estamos convencidos de ello porque es una auténtica aberración urbanística”, ha sentenciado en declaraciones a los periodistas. El retraso en los trámites para su demolición no ha amedrentado a su promotor que a pesar de conocer ese objetivo “ha decidido seguir con la obra”. “La Policía Local giró visita hace un mes y comprobó que no estaba habitado. Solo había una persona, marroquí, que estaba ahí por la noche cuando la frontera estaba cerrada y se metía ahí para pernoctar”, ha aclarado Hachuel. El edificio no está habitado y Fomento lo sabe. La Ciudad asegura que habrá derribo y que se conocerá esa decisión en torno a la que ha pedido que haya discreción. “Ese edificio incumple cualquier norma y es un peligro”. Tragsa tiene la encomienda para el derribo, sobre el que debe también opinar la Policía ya que tendrá que haber un despliegue adecuado y los servicios jurídicos municipales.