Tuve la oportunidad de expresar mi más absoluto rechazo al reciente proceso de oposiciones para cubrir determinadas plazas laborales de los Ceti el pasado 27 de octubre. Dicho malestar, lejos de ser caprichoso o arbitrario, se basa en una serie de razones objetivas que trataré de expresar y resumir de la manera más clara y concisa posible en cinco apartados.
Una auténtica chapuza desde el principio. Por poner un ejemplo, el tema 45 aparece en el temario inicial como “Diseño y elaboración de cuestionarios de evaluación para el ingreso y promoción en el C.N.P. Funciones. Criterios para su confección. Puntos que deben contener. Errores a evitar. Normas prácticas”. Las siglas CNP se corresponden con Cuerpo Nacional de Policía, que ya me diréis que tiene que ver con el trabajo e los Ceti. Pues bien, después de interponer quien esto suscribe un recurso de reposición, los cuestionarios de evaluación son ahora “para la población inmigrante” en lugar de la policía nacional. Un burdo “corta y pega” que se produce en hasta 7 temas que hacen referencia a la policía nacional y que, como por arte de magia, mutan hacia otras cuestiones.
Oídos sordos al recurso de reposición. Presentado un recurso ante la inconsistencia del temario, éste es archivado por la administración alegando que se había procedido a una corrección de errores previa. Falso, el recurso de reposición tiene entrada en el registro de Función Pública el 27 de julio de 2011 y la corrección de errores o mejor dicho, de “horrores” está fechada el 15 de Septiembre de 2011. Aún si dejamos el beneficio de la duda a que hay un mes de vacaciones por medio, esta excusa cae por su propio peso.
El Temario “Frankenstein”. El nuevo temario que se saca de la manga función pública viene a ver la luz el citado 15 de septiembre y, como si se tratara del conocido monstruo de ficción creado por la genial Mary Shelley, se compone de retazos de aquí y allá. Gran parte de los temas son extraídos de manera literal de una antigua Orden del ministerio de Educación y Ciencia del Año 93, referidos a la especialidad “Psicología y Pedagogía” y en el marco de la educación reglada (que no existe en los Ceti), otros versan sobre cuestiones de psicología y, por último, cuestiones de reclutamiento y selección de personal, que como todo el mundo sabe, son valiosísimas para los Ceti, donde se alojan inmigrantes irregulares a la espera de que se decida su situación administrativa.
Un proceso totalmente novedoso para cubrir plazas en los Centros de Migraciones. El proceso ha sido inaudito si tenemos en cuenta convocatorias anteriores para cubrir plazas en los mismos centros. Así, no se hace referencia alguna a cuestiones básicas como políticas y normativa sobre inmigración e integración de los inmigrantes, organización del ministerio o el funcionamiento y organigrama de los propios centros de acogida, como fue contemplada en procesos celebrados los años 2007 y 2009. Igualmente, desaparece la prueba de idioma, como si se hizo en años anteriormente citados, tan necesaria si se tiene en cuenta la naturaleza de un centro de acogida a inmigrantes y que debería ser preceptiva por imperio de la ley, ya que la relación de puestos de trabajo contempla una gratificación extra por conocimiento de idioma. Nos encontramos con que las personas que van a ocupar las plazas y cobrar ese plus, no han realizado ninguna prueba de idioma.
Un proceso alejado completamente del contenido y tareas a desarrollar. El Estatuto Básico del Empleado Público dice literalmente que debe existir una“Adecuación entre el contenido de los procesos selectivos y las funciones o tareas a desarrollar”. El hecho de que el temario y por ende, todo el proceso en sí, se aleje por completo de las tareas concretas plantea numerosos interrogantes. No tengo datos o informaciones que me coloquen en posición de decir que se ha favorecido a determinados candidatos pero si es cierto, y esto es completamente objetivo, que determinadas circunstancias antes descritas han beneficiado a ciertos opositores en detrimento de otros. Eso sin mencionar que el tribunal calificador ha cambiado de “parecer” en momentos puntuales, llegando incluso a hacerlo con un simple cambio de resoluciones en la página web, sin realizar la preceptiva corrección de errores.
Lo cierto es que, tras varios años de andadura profesional en el Ceti, por una decisión administrativa claramente injusta tengo que dejar mi trabajo. Ya los tribunales dirán. En el recuerdo me queda la ilusión y el cariño de mucha gente, mil y una experiencias que atesorar y que seré incapaz de olvidar el resto de mi vida así como algunos buenos amigos y esta querida Ciudad a la orilla del Estrecho, que me ha enseñado mucho y a la que siempre deberé siete años de mi vida.
En fin, espero haber arrojado un poquito de luz sobre un proceso que ha tenido más oscuros que claros desde un primer momento. Después, como decía Jesucristo según se cuenta en el evangelio de San Mateo: “El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos, que oiga”.