La asociación Ceuta sin Plástico ha dedicado la mañana del domingo a la recogida de este contaminante, además de basura, en la playa del Trampolín, en la gran explanada ubicada pasando Benítez en dirección a Benzú.
Esta zona suele ser el lugar elegido por muchos para estacionar su vehículo y convertirlo en área de comida o cena que previamente han pedido “para llevar”; un gran plan si no fuera por las connotaciones negativas que esta práctica deja.
Como ha notado Ceuta Sin Plástico, aquellos que recurren a este plan no suelen preocuparse demasiado por recoger los sobrantes de estas comidas ni las latas de refrescos que acompañan.
En la mañana del domingo se han encontrado bolsas completamente llenas de residuos arrojados a la playa desde la explanada como si de un vertedero se tratase.
Cristian León, fundador de Ceuta Sin Plástico, ha hablado de la importancia de estas iniciativas sin ánimo de lucro que tanto bien hacen a la ciudad, pero sobre todo, de la necesidad de concienciar a la ciudadanía para evitar la acumulación de basura en lugares naturales como el mencionado.
Más de 132 kilos de basura recogidos en una hora
Los miembros de Ceuta sin Plástico dedican un día al mes a la limpieza de distintas zonas de la ciudad de manera altruista. En esta ocasión se han recogido 132,5 kilos de basura en cuestión de una hora en uno de los rincones de la ciudad, lo que denota la existencia de kilos y kilos esparcidos por el resto del territorio.
Una vez finalizada la recogida, se contacta con el servicio de limpieza para su retirada y posterior reciclaje.
No solamente los adultos han formado parte de la salida de esta mañana, también los niños, hijos de quienes han adquirido conciencia en este cada vez más extendido problema medioambiental.
El plástico y otros residuos se han hecho hueco entre las piedras, matorrales, rocas y arena. Se han retirado latas, en su mayoría; botellines de cristal; cajas de pizzas; restos de envases de comida para llevar; el paragolpes de un coche; una radio; y hasta pañales de bebés.
Como vemos, cualquier rincón natural es un punto de acumulación de residuos para el ser humano.
Sonia del Hoyo Moreno, miembro de la asociación, ha mostrado su indignación por la dejadez y desinterés que muestra la ciudadanía con relación al mantenimiento del medio.
“A mí lo que me sorprende es que con la información que tenemos hoy en día del daño que le provocamos al medioambiente, la gente continúe arrojando basura. Hemos encontrado bolsas cerradas con la cena y los restos”, ha recalcado del Hoyo.
Concienciados desde pequeños
Por su parte, Lucía López, de 12 años, lleva desde los 8 formando parte de este pequeño grupo preocupado por la conservación del entorno. También Tiago Martínez, de 10 años, muestra interés por esta práctica humana cada vez más normalizada desde los 6 años.
Ambos tienen claro que continuarán con esta práctica desinteresada muchos años más.
Que los niños puedan adquirir esa concienciación tiene mucho que ver con la educación, pero no solo la impartida en el colegio, no. Esta educación se implanta con el ejemplo, desde casa. Ejemplo de ello son estos dos niños que han salido este domingo a dejar una ciudad más limpia para todos, sin necesidad de recibir absolutamente nada a cambio.
A pesar de que el gran objetivo es lograr que la ciudadanía contribuya a una recogida responsable de sus propios residuos, hasta llegar a él, acciones como las de Ceuta Sin Plástico son las que consiguen hacer de este mundo un lugar un poquito mejor para todos.
¿Cómo colaborar con Ceuta Sin Plástico?
Para colaborar en estas salidas amables con el medioambiente pueden ponerse en contacto con Ceuta Sin Plástico a través de su Facebook.
(https://www.facebook.com/groups/2349021228690110/?locale=es_ES)
La asociación dedica un día al mes a la recogida de residuos en distintos puntos de la ciudad y, aunque intenta llegar a todos los espacios, es imposible mantener limpio un territorio de 18,5 kilómetros cuadrados con la labor solo de unos cuantos.
En el día de hoy ha acudido una veintena de personas. Cada uno tiene una vida, un trabajo y una familia y aun así dedica una parte de su tiempo en recoger la basura que otros dejan. Todos y cada uno de ellos son un gran ejemplo de empatía con el medio y de solidaridad con el mundo.
Una vez finalizada la jornada se ha podido observar en sus rostros la felicidad de haber sido oxígeno para el suelo.
Hay plásticos en las cunetas, en las calles, en las playas y desde la tierra que van a parar al mar. Es de admirar las iniciativas propias como las que Ceuta Sin Plástico lleva a cabo, pero también es procedente llamar la atención a las fuerzas públicas para un mejor mantenimiento de nuestras zonas naturales en vista de la dejadez e incivismo de la gente.