El cambio climático que está experimentando el planeta a pasos agigantados afecta especialmente a nuestra ciudad, dada su situación geográfica, según se deduce del informe ‘Energía y cambio climático’, elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad de Ceuta y Melilla, gracias a la subvención otorgada por el Instituto Nacional de Empleo a la asociación ecologista Septem Nostra.
“Este cambio se está produciendo mucho más rapidamente de lo que establecían los pronósticos”, se lamenta el presidente de la entidad, José Manuel Pérez Rivera. A esta drástica situación se suma el hecho de que la Ciudad no cuenta con un plan de acción para actuar sobre estos cambios. “No disponemos de estaciones de control de contaminación atmosférica y los partidos políticos no se preocupan de activar planes para frenar una situación que, en el caso de nuestra ciudad, es aún más terrible que en otras localidades al ser una ciudad costera”. Los cambios ya han comenzado a hacer patentes. En las variaciones de temperatura, se está produciendo un calentamiento progresivo al igual que sucede en el resto de España y del planeta. En la última década, en la zona del Estrecho se ha producido un aumento de temperatura de entre 0,5 y 1 ºC con respecto a las temperaturas medias del período comprendido entre 1951 y 1980. En cuanto a precipitaciones, los datos registrados desde 1950 “son bastante fluctuantes, aunque muestran una tendencia clara a la reducción”, asevera Pérez Rivera. Las precipitaciones anuales son de aproximadamente entre 600 y 700 mm, con alternancia de épocas de sequía con otras más húmedas. El aumento del nivel del mar es otra de las consecuencias del cambio climático con cifras que se sitúan en hasta un 10 milímetros al año motivado, sobre todo, por un aumento de la temperatura del mar que facilita la expansión de las masas de agua. “Esta provoca la proliferación de especies marinas termófilas propias de aguas más cálidas, como el coral negro, el anaranjado o el coral relicto, más propio de climas tropicales”, explica el presidente de Septem Nostra. La Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia en el horizonte 2007-2012-2020, define el marco de actuación que deben adoptar las Administraciones Públicas para asegurar el cumplimiento de nuestro país de sus obligaciones en el Protocolo de Kioto, entre las que se encuentran la reducción de las emisiones. También cabe destacar el Plan de Energías Renovables, actualmente en vigor actualidad y que tiene como objetivos cubrir el 12,1% del consumo de energía primaria y el 30,3% de la generación eléctrica con fuentes renovables, así como el aumento de un 5,83% el consumo de biocarburantes en el transporte.
Unas de las acciones a poner en marcha pasaría por la reducción de emisiones
Las acciones propuestas por Septem Nostra para evitar esta catástrofe medioambiental pasarían por varios puntos: la reducción de la emisión de gases invernaderos, “demasiado elevada por el gran parque automovilístico que tenemos en la ciudad”, asegura Pérez Rivera. En este sentido, aboga por un mayor empleo de energías alternativas, incluyendo en el transporte marítimo “que también emiten el efecto invernadero”. El presidente de Septem Nostra también aboga por el apoyo de la rehabilitación de edificios en base a una energía sostenible. “De unos años a aquí se obliga a que todos los edificios cuenten con energía termosolar, pero es algo que no se está aplicando”. La racionalización de los recursos también es indispensable en esta carrera contra el cambio climático, ya que aún existe una red de saneamiento con pérdidas “que rondan el 40%). Pérez Rivera hace un llamamiento a trabajar en la búsqueda de energías alternativas, “algo indispensable porque ya se están agotando los combustibles fósiles”, añade.