Si ustedes echan la vista atrás podrán toparse con una hilera de compromisos de los distintos gobiernos centrales para con Ceuta y Melilla. Como en una carrera de relevos, unos y otros se han pasado el paquete de medidas que garantizaría (eso nos decían) que las diferencias a este lado del Estrecho no parezcan tan sangrantes. Pero pasan los años y la situación no varía. Seguimos arrastrando el mismo lastre sanitario, padecemos el hacinamiento en educación y seguimos anhelando una seguridad que continúa estando parcheada.
Ahora el Grupo Parlamentario Popular en el Senado ha reclamado un fortalecimiento de las áreas de Seguridad y Defensa en Ceuta y Melilla, poniendo por delante la exigencia de medidas que considera claves para mejorar las condiciones de los residentes en ambos territorios. Choca que lo que ahora reclaman no se llevara a cabo cuando el PP ostentaba el poder. No fue hace demasiado tiempo. Las reclamaciones que hacen son las mismas que llevan apareciendo al menos en los últimos 20 años, el tiempo que llevo residiendo en esta ciudad y el tiempo que llevo escribiendo sobre los mismos problemas.
Mejores conexiones, creación de nuevos yacimientos económicos, inversión en fronteras, incentivos fiscales, el REF, seguridad... a todos ellos se les añaden otros que llegaron un poco más tarde como o que han sido incluidos con tintes electoralistas como es el caso de los MENA. Si no se habla de ellos no se es nadie y eso lo tienen aprendido todos los partidos. Cobertura sanitaria, educativa, incremento de plantillas en las fuerzas de seguridad, empleo... Les recomiendo visitar la hemeroteca de finales de los 90 y comprobarán que todo lo que ahora se reclama ya se pidió en su día, con la incongruencia de que partidos que ahora se rasgan las vestiduras gozaron de muchos años de poder para cambiar las tornas y garantizar que algunos de los problemas de antes no llegaran a ser los mismos de ahora.
Una no deja de sorprenderse de la escasa memoria histórica que se tiene para determinados asuntos. Resulta vergonzoso que pasemos página movidos por intereses puramente políticos que nada tienen que ver con la función real de la clase política que no debía ser otra que atender al ciudadano.