“Los reyes no prevén a corto plazo una visita a Ceuta y
Melilla”. Este es el titular ofrecido en la noche de este viernes por la agencia Efe desde su sede en Madrid. Un titular sustentado en “fuentes oficiales” como primer salvavidas para frenar la tempestad y negar las informaciones publicadas tan solo horas antes por otros medios de comunicación. La información continúa señalando que se descarta que haya una parada en las dos ciudades hermanas. “Las citadas fuentes han subrayado que carece de fundamento afirmar que Felipe VI y doña Letizia vayan a desplazarse ahora a Ceuta y Melilla e insisten en que no hay ninguna previsión al respecto en su agenda por el momento”, insiste la agencia de noticias citando esas mismas fuentes que no llega a concretar.
De ser cierto lo manifestado por esas fuentes, Zarzuela estaría incurriendo en la continuación de la tradicional discriminación que siempre se ha tenido hacia Ceuta y Melilla para no enojar al país vecino, manteniendo y explotando así su concepto descafeinado sobre España. ¿Dónde coloca la Casa Real a Ceuta y Melilla?, ¿en qué parte de la ruta real anunciada por toda España como señal de agradecimiento social se ha perdido el desembarco en ambos territorios? Quizá las respuestas a estas preguntas hay que intentar localizarlas en la jornada del pasado jueves, un día antes. A las 17:12 horas, El Faro de Ceuta se pone en contacto con el gabinete de comunicación de Zarzuela para preguntar
si se sabe algo concreto sobre la agenda del periplo real y si la misma contempla paradas en Ceuta y Melilla.
La respuesta es que sí: los Reyes iban a visitar todas las comunidades autónomas, pero también las ciudades de Ceuta y Melilla. ¿Qué sucede después de la publicación de esta noticia? Zarzuela es la que debe dar las explicaciones oportunas y concretar a qué se deben filtraciones esporádicas en las que nunca se les cita para negar esa visita, cuando su propio gabinete de comunicación la había confirmado previamente.
El periodista Ignacio Cembrero publica un artículo en El Confidencial ese mismo jueves en el que aporta una clave directa en el titular al señalar al actor que faltaba:
Marruecos y, en concreto, la relación de España con Rabat. “Fuentes gubernamentales”, informa Cembrero, “aseguran” que los Reyes visitarán las dos ciudades “en el marco de su gira pospandemia por todo el país”, pero el miedo anida en la reacción que pueda tener
Mohamed VI.
La visita de los Reyes pone a prueba esas relaciones con Marruecos, pero nunca antes se había incurrido en una situación de no saber controlar el manejo de una agenda que lleva a que Zarzuela sea capaz de confirmar una visita para luego, 24 horas después, asomar informaciones en las que se niega que vaya a producirse.
A nadie parece importarle la necesidad de un mensaje claro en todo este entuerto cuando se está ejemplificando el mayor de los despropósitos como supone el negar el recorrido de los monarcas por dos territorios españoles, en una situación como la destinada a agradecer a la sociedad española su capacidad de lucha ante una pandemia que ha dejado casi 28.500 muertes en todo el país.