Un grupo de 16 residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) ha marchado este jueves desde Ceuta a la Península para ser acogidos a través de CEAR en centros de atención humanitaria en Andalucía.
Ese es el nuevo destino de estos jóvenes, la gran mayoría procedentes de Sudán, que dejan atrás una vida en nuestra ciudad a la que llegaron en la mayoría de los casos sorteando la doble valla que separa Ceuta de Marruecos.
Junto a sudaneses marchan otros varones de origen subsahariano pero también sirios que han sido elegidos para esta nueva salida peninsular que se integra en las que de manera habitual tienen lugar en el centro del Jaral.
La estación marítima, una auténtica fiesta
La estación marítima se ha convertido en una auténtica fiesta con despedidas de compañeros e incluso bailes protagonizados por quienes tenían la suerte de cruzar al otro lado del Estrecho.
Personal del CETI ha estado presente en esta nueva marcha, en este traslado que supone el punto y final a esa temporalidad que marca las acogidas en un centro que registra una ocupación adaptada a las plazas que ofrece, bien lejos de las tasas que se alcanzaron en los momentos de mayor presión.
Historias tras las estadísticas
Las historias de estos jóvenes vienen definidas en muchos de los casos por situaciones adversas que les hacen romper con todo, dejar a sus familias, amigos e incluso trabajos para formar parte de esa inmigración que se reduce a puras estadísticas en las crónicas periodísticas diarias y en los balances del Ministerio del Interior.
La población subsahariana sigue siendo la mayoritaria en el centro del Jaral seguida de los grupos de argelinos, yemeníes y sirios que logran el pase a nado arriesgando sus propias vidas.
Ceuta se convierte en ciudad de acogida y de tránsito porque el objetivo principal es establecerse en los países donde tienen familias.