Conducir ahora mismo un taxi en Ceuta es poco menos que una ruina. La pandemia del coronavirus se ha llevado por delante aproximadamente el 76 por ciento de su facturación. Las restricciones de la movilidad decretadas para frenar la COVID-19 han dejado a este medio de transporte casi sin clientes. Ni siquiera el fin del estado de alarma logró que los clientes volvieran y la situación del sector se endurece por momentos, sobre todo para los propios empleados.
Por ello, algunos asalariados en representación de la mayoría de ellos se reunieron este pasado lunes con el secretario de organización de CCOO Ceuta, José Antonio Saiz, para transmitirle la situación que atraviesan: “Absolutamente precaria”.
Desde el sindicato no entienden cómo se han dado dos partidas presupuestarias de ‘Ceuta Resiste’ al sector del taxi y no se ha ayudado a los asalariados ni se ha analizado la situación de estos trabajadores. “Llevan desde primeros de marzo pasándolo mal. Algunos estuvieron en ERTE un tiempo y desde mayo aproximadamente están trabajando, pero en unas condiciones que no son ni por asomo dignas, con jornadas de trabajo maratonianas para conseguir a duras penas unos 400 euros al mes”, explicó José Antonio Saiz.
De esta manera, representantes de Comisiones Obreras están “haciendo gestiones para que sean incluidos en la segunda fase del ‘Ceuta Resiste’”. Así, Saiz se reunirá a lo largo de esta semana con la consejera de Hacienda, Economía y Función Pública, Kissy Chandiramani, para, además de plantear que se incluya a los asalariados del taxi en la segunda fase de este programa de ayudas, proponer a la Ciudad que se otorgue a estos trabajadores “una prestación económica durante un plazo de seis meses mientras se recupera la normalidad de unos 600 euros o así”.
“También propondremos que la flota de taxis trabaje al 50 por ciento, un día sí y otro no. El día que trabajen, sacan su salario y el día que no, tienen esta compensación. Esta reducción del taxi está ocurriendo en otros lugares de la Península porque es que cuando están las 123 licencias trabajando todos a la vez, a duras penas consiguen reunir 400 o 500 euros al mes. Entonces, consideramos que pueden reunir la misma cantidad, pero trabajando la mitad y la otra mitad compensarlo con la prestación mientras dure esta situación de crisis sanitaria”, detalló para El Faro el secretario general de CCOO Ceuta.
Muchos taxistas apenas cubren con sus ingresos sus gastos de actividad. Lo peor para el sector, además, es que se han quedado sin expectativas de recuperación a medio plazo por la gestión de la crisis sanitaria y tampoco ha obtenido respuesta por parte del Ministerio de Transportes sobre la propuesta que presentó al Gobierno a principios de junio donde planteaba unas medidas urgentes para la recuperación del sector del taxi.
En total, se trata de unas 250 personas y sus familias, cuya economía está pendiendo de un hilo desde hace meses. “Esto no tendría nada que ver con los propietarios o titulares de las licencias porque estos tienen sus ayudas en el ‘Ceuta Resiste’ como tuvieron la otra vez y no entrarían dentro de esta ayuda, que sería solamente para los asalariados”, continuó Saiz.
Ellos son los que “no tienen los privilegios y derechos de los dueños” y a los que no se les tiene en cuenta con ayudas “de ningún tipo”. “Hemos pedido a Kissy que nos reciba y va a intentar buscar un hueco por la mañana o por la tarde de este martes o nos dice cuándo podría porque de momento la reunión no la tenemos fijada todavía”, prosiguió.
El único requisito, “para evitar fraudes”, es que sean personas que tengan un antigüedad determinada o que “lleven trabajando en el sector desde alguna fecha concreta desde o antes de la declaración de emergencia sanitaria para intentar evitar que se vayan a meter por el medio personas para cobrar la prestación que lleven menos tiempo”.
Asimismo, desde el sindicato insisten en que seguirán luchando y abordando en siguientes reuniones con la Ciudad o con los empresarios autónomos las condiciones de trabajo que tienen estos asalariados, los contratos a media jornada o jornada completa, pero que “vienen haciendo más horas” y los salarios, que también “son precarios”.
No obstante, ahora mismo lo más importante es dar la vuelta a la situación económica de estas 250 familias: “De lo que se trata es de que tengan los ingresos mínimos al mes que les garantice desde pagar la luz hasta tener un plato de comida en la mesa, y no que muchas veces o tienen una cosa u otra”, concluyó José Antonio Saiz.