Nada, que la Ciudad se ríe de todos los ceutíes. El alcalde ya se ha llenado de gloria dándole al botón del alumbrado navideño acompañado del comandante general y de sus ahora colegas de la oposición y opta por seguir callado con la polémica del cartel de Navidad.
O mejor dicho el no cartel. Nadie la va a pedir explicaciones porque aquí las notas de prensa de los partidos se envían de acuerdo a los intereses del momento. Y este periodo es de pura felicidad.
La consejera de Cultura posa en una fotografía remitida a la prensa con el famoso cartel elegido a dedo con el que el Gobierno de Ceuta ha decidido cargarse el concurso tradicional de otros años, anulando la oportunidad de artistas locales de promocionar sus ideas.
“Representa una alegoría de la Navidad con la imagen de la Patrona”, nos cuentan. Y una se pregunta desde cuándo en un cartel de estas fiestas navideñas se ha ubicado a la Virgen de África y desde cuando este Gobierno paga por una obra mientras confunde mensajes.
No tengo nada contra el autor ni pienso menospreciar su trabajo, lo tengo con un ayuntamiento que se cree que somos tontos y que busca excusas peregrinas para colar una contratación por la cara a sabiendas de que nadie le va a pedir explicaciones.
Si el concurso quedó desierto el año pasado, lo que tiene que hacer la Ciudad es dar un giro a este tipo de certámenes difundiendo más la participación y contactando con centros de formación de arte. Muy al contrario, aquí ha optado por adoptar una medida dictatorial que no quieren explicar porque no pueden.
Nos quedamos con un cartel de Navidad y Reyes muy similar a otros que han servido de portada de las fiestas patronales, un cartel que confunde, una obra impuesta.
No pasa nada, no van a hablar.