Nacieron hace dos años en el marco de la Cofradía de Nuestra Señora de África. Eran los niños de la Corte de Infantes y su primer paso como coro fue la interpretación de su himno, adaptado por la directora de este grupo, Inmaculada García Cossío, después de años sin entonarse. Ahora han decidido caminar por libre y este año irán al concurso de villancicos. Es el coro ‘Escolanía de Ceuta’. “El hecho de estar ligados a la cofradía nos limita nuestro repertorio a la música religiosa. Por eso decidimos ir un poco más por libre para ampliar nuestro repertorio y hacer cosas nuevas”, apunta García Cossío.
Ahora el coro se surte, no solo de los niños de la Corte de Infantes, sino también de otros pequeños que quieren sumarse a este grupo y que se forman bajo las directrices de García. “Muchos niños quieren participar pero dicen que no saben cantar y eso no es problema porque la voz se educa. El único motivo para no poder cantar es tener algún defecto auditivo grave. De lo contrario, no hay ningún problema”, matiza.
En su primer año de certamen llevan tres villancicos de corte clásico. Nanita y Gatatumba, ambos temas populares andaluces y Gloria a Dios en las alturas, que es un villancico anglosajón pero que está adaptado”.
Entre sus expectativas de cara al concurso se encuentran el “pasarlo bien y que nos conozcan”. Además, García Cossío confía en que otros niños “se apunten y no tengan miedo porque piensen que no puedes hacerlo. Es verdad que hace falta un compromiso de ensayo y tener constancia y trabajo, pero merece la pena”.
Para la directora, un coro no es simplemente un grupo de personas que se dedica a cantar, sino que va más allá. “Hacemos relaciones sociales, trabajamos la autoestima de los niños y se sienten seguros porque hacen algo en lo que no fallan, ese es el verdadero sentido que tiene el coro: dar a los niños un ámbito en el que se encuentran bien”, apunta.