El último fin de semana de octubre trae consigo el cambio de hora. La noche del sábado 26 al domingo 27 habrá que retrasar los relojes si no es que se cambian de manera automática: A las 3.00 serán las 2.00 horas.
Este proceso se viene realizando dos veces al año desde los años 70, pese a que ha sido objeto de controversia, ya que el pasado marzo el Parlamento Europeo apoyó la abolición de esta práctica a partir de 2021. No obstante, no todos los estados miembros tienen una postura definida y en concreto en España, los expertos no terminan de ponerse de acuerdo.
El ajuste se debe, principalmente, al mayor aprovechamiento de las horas de luz solar. Esto se traduciría en un incremento de productividad y un ahorro energético entre otras consecuencias. Pero no todos opinan igual, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) señala, por ejemplo, que el ahorro real podría ser de solo seis euros al año en la factura energética para una vivienda. Por otro lado, la Sociedad Española del Sueño, opina que el horario de invierno es mejor, el horario que apuestan por mantener en caso de que se elimine el cambio de hora.
Efectos del cambio de hora en la salud
La modificación del horario puede acarrear algunos síntomas, especialmente en la población más vulnerable como niños o personas mayores. Estos van desde la somnolencia o cansancio a la falta de atención.
Para minimizar lo máximo posible el leve desarreglo que el cambio horario puede causar, los expertos recomiendan modificar poco a poco el horario de las comidas, ajustar la hora de irse a dormir o no echar siesta el domingo.