Las normas sanitarias están para cumplirlas. Es algo sobre lo que todos deberíamos estar concienciados, pero sucede que no, que hay personas que buscan darle la vuelta a lo que no se puede hacer y encontrar la fórmula de seguir celebrando la fiesta, sin guardar por supuesto las medidas de seguridad. ¿Qué está pasando? Al cierre de los locales de ocio nocturno y a la persecución de los botellones, están proliferando las fiestas en el interior de los domicilios. Cuando la música supera el volumen permitido son los vecinos los que alertan a la Policía, y así se ha podido descubrir más de una fiesta de este tipo que ha obtenido su sanción. Pero en otros casos es mucho más complicado y los que hacen estas fiestas paralelas se salen con la suya, provocando luego riesgos de contagios masivos cuyo origen desconocemos. Hay que ser responsables y continuar en la línea de respetar todas las medidas para que nos encontremos con un periodo mejor, de más tranquilidad después de haber alcanzado el pico de contagios. Todos debemos ir a una, todos debemos tener presente que el objetivo no es otro que ganar en salud, y para ello tienen que bajar los contagios para que, matemáticamente, haya menos muertes. La salud es lo prioritario, quienes incurren en comportamientos indebidos no solo están jugando con la salud de todos, sino que además están haciendo daños colaterales como por ejemplo en el tejido económico y comercial ya que las empresas se verán obligadas a cerrar si tienen que adoptarse medidas muy restrictivas como las que llegó a plantearse la propia Ciudad.