El año próximo es uno de esos pocos en los que no coincidirán en domingo los suficientes festivos nacionales como para, evitando trasladarlos al lunes igual que en este 2022 se ha hecho con el 26 de diciembre, mantener pintados en rojo San Antonio, el Día de la Virgen de África, el de Ceuta, la Pascua islámica del Sacrificio y el final de Ramadán. Para conseguirlo, el Gobierno de la Ciudad prevé incluir por primera vez en su propuesta de descansos para 2023 un “festivo recuperable y retribuible” que sería el del 2 de septiembre.
La Comunidad Valenciana, por ejemplo, ya lo ha hecho con jornadas como la de San Joan.
En un festivo recuperable los trabajadores tienen la opción de decidir si ir o no a trabajar. Quien decide no hacerlo tiene que devolver esa jornada no trabajada a su empresa a lo largo del ejercicio natural salvo que esta y los representantes de la plantilla lleguen a algún tipo de acuerdo.
Si el trabajador opta por acudir a su puesto de trabajo estará haciéndolo en un día festivo, por lo que en el caso de que su convenio de referencia establezca la necesidad de compensar de alguna forma el trabajo en ese tipo de jornadas, habrá de cumplirlo.
Si el día festivo recuperable coincide con uno de descanso o inactividad de la persona trabajadora por cualquier motivo, la empresa no está obligada a dar un día festivo adicional y tampoco debe recuperar nada. Según se recoge en el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores, las comunidades autónomas, dentro del límite anual de catorce días festivos, pueden “señalar aquellas fiestas que por tradición les sean propias, sustituyendo para ello las de ámbito nacional que se determinen reglamentariamente y, en todo caso, las que se trasladen a lunes”.
Además, contempla que “si alguna comunidad autónoma no pudiera establecer una de sus fiestas tradicionales por no coincidir con domingo un suficiente número de fiestas nacionales podrá, en el año que así ocurra, añadir una fiesta más, con carácter de recuperable, al máximo de catorce”.
Los trabajadores podrán decidir si ir o no a sus puestos el 2 de septiembre
La consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, ya ha traslado a los agentes sociales, patronal y sindicatos, su idea para elaborar el calendario laboral de 2023. Tanto empresarios como representantes de los trabajadores se han mostrado en sintonía con el planteamiento de la miembro del Ejecutivo local.
El año que viene integrarían la relación de festivos locales el viernes 6 de enero (Epifanía del Señor); el jueves y viernes 6 y 7 de abril (Jueves y Viernes Santo); el lunes 1 de mayo (Día del Trabajo); el 13 de junio (San Antonio); el sábado 5 y el domingo 15 de agosto (Nuestra Señora de África y la Asunción de la Virgen); el sábado 2 de septiembre (Día de Ceuta); el jueves 12 de Octubre (Fiesta Nacional de España); el miércoles 1 de noviembre (Día de Todos los Santos); y el miércoles y el viernes 6 y 8 de diciembre (Constitución e Inmaculada Concepción), así como el lunes 25 de diciembre (Navidad).
La Pascua del Sacrificio se prevé en 2023 para el viernes 21 de abril y el fin de Ramadán, el miércoles 28 de junio, aunque se espera acordar con Melilla un pronóstico común sobre en qué fechas exactas coincidirán.
La Asamblea acordó el año pasado como pautas de elaboración del calendario laboral local no pasar al lunes siguiente ningún festivo nacional o local y que siempre sean no laborables cuando caigan de lunes a sábado tanto San Antonio como el 5 de agosto y las Pascuas del Sacrificio y fin de Ramadán, así como el Día de Ceuta (2 de septiembre), del que únicamente se prescindirá en rojo aquellos años excepcionales en los que sólo una de las fechas anteriores coincida en domingo.
Otra vez os han tomado el pelo pero a los gauris no viene bien. La fiesta será el 20 abril.