Hace unas semanas el grito desesperado de Maribel daba forma a una denuncia pública con petición de ayuda incluida: quería que su esposo Manolo, que lleva más de un año sin poder salir a la calle, pudiera ver algo más que cañas al mirar por la ventana de su vivienda, en Arroyo de Benítez, en Ceuta.
Cada día, asomarse a la cristalera ofrecía una única visión: cañas y cañas elevadas que impedían ver algo más y que suponían un riesgo de incendio.
Maribel, desesperada, expuso su problema agobiada por no pode cortar la hilera de cañas que cercaban el hogar. Hoy es un gran día, Manolo puede ver a través de la ventana después de que Tragsa haya adecentado el lugar. La cadena solidaria funcionó, las redes sociales tuvieron una función útil cuando Maribel empezó a compartir la noticia publicada en El Faro.
La dificultad del terreno ha impedido que se atendiera antes la petición. Pero hoy sí que sí, Manolo puede tener una mejor vida gracias a lo que es más que un detalle.
Agradecimiento a los empleados de Tragsa
Maribel, que por sí misma intentó retirar algo del bosque de cañas creado, no tiene más que palabras de agradecimiento para Tragsa y para Utman Buyema, uno de sus responsables, así como todos los que han colaborado en estas labores de limpieza.
El cuidado de pequeños detalles da pie a consecuencias de mucha importancia para quienes sufren situaciones como la que le ha tocado vivir a este matrimonio, con una vida atada prácticamente a su hogar debido a la dependencia de Manolo, muy conocido por su trabajo hace años en El delfín verde. Hoy este matrimonio vive algo mejor que antes. Las cañas ya no forman ese bosque que les había cercado su visión del exterior y mermado su vida.
Agradezco muchísimo a ti Carmen que eres la que me lo publicas , con todo tu interés y cariño y a Tragsa que han puesto todo su interés y todo su cariño. Con esto ha cambiado nuestras vidas, Manolo ya puede ver, ya no hay cañas y todos que buenas personas y que cariñosos , estaremos agradecidos toda la vida. Al ponerlo y ver las cañas quitadas , que alegría y todo esto es para quien lo vive y lo sufre y cañas y más cañas. Pues adíos a las cañas. Muchas a ti Carmen y a Tragsa. Estaré eternamente agradecida.