Ya no podrán decir que son ideas de la izquierda radical. Tampoco que son cuatro fracasados que no hacen una lectura correcta y real de lo que pasa en la frontera. Creo que ni osarán menospreciar la crítica general por el caos fronterizo que es reflejo del caos en la gestión política. Cada vez son más las adhesiones a la gran protesta del 22 de mayo: sindicatos, vecinos, partidos políticos, asociaciones varias... porque es un problema de todos al que todos damos su importancia menos quienes tienen la responsabilidad en estos menesteres. No sé si el día 22 habrá mucha gente en la calle, no sé si las cifras que se difundan serán equiparadas al éxito o al fracaso de la convocatoria. Sé, sin necesidad de esperar a esa fecha, que los que están callados deberían haber hablado hace mucho tiempo, que deberían haber dado la cara en vez de responder molestos a las críticas, que deberían haber reconocido el problema y haberse puesto en primera línea de batalla.
Son varias veces las que lo he dejado por escrito, porque es lo que pienso. Nos mienten si nos dicen que nada pueden hacer
El propio Vivas lleva a gala haberse enfrentado a su propio partido cuando los intereses de su pueblo pesaban sobre otros. Aquí debería haber dado un primer paso desde que empezaron a tomarnos el pelo desde Madrid con la frontera y sus males. Miren que han montado campañas de intoxicación informativa dirigidas y orquestadas desde gabinetes demasiado torpes. La ciudadanía, que es la que sufre la agonía que registra la ciudad, sabe distinguir con rapidez quién pretende tomarles el pelo y quiénes no. En esto de la frontera primero nos engañaron, después se escondieron y ahora nos venden mejoras para sacar un quiste demasiado profundo. Me temo que de aquí al 22M pondrán en marcha todos los mecanismos habidos y por haber para intentar cargarse la concentración. Me temo que nos difundirán un baile de cifras falso. Me temo que querrán boicotear lo que tiene ya demasiada unidad. Llegan tarde si creen que la sociedad está anestesiada. En este asunto lo han hecho tan terriblemente mal, han causado tanto daño que es imposible que alguien pueda valorar lo que sencillamente han terminado de hundir. Digan lo que digan.