Un grupo de 85 residentes del
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes ha partido este jueves de Ceuta a la Península como parte de
una de las salidas más numerosas organizadas. Entre ellos,
además de subsaharianos, había sirios y argelinos. La mayoría marcha como parte del programa de atención humanitaria y 64 bajo protección internacional.
A primera hora de la mañana han salido de las instalaciones del Jaral hacia la
estación marítima. Quienes formaban parte de la conocida como lista del Balearia iban acompañados de amigos que acudían a despedirlos. Para los que logran abandonar este centro es un día de fiesta porque marca un antes y un después en ese periplo clandestino iniciado.
Saltando la valla o bordeando el espigón
Detrás de los perfiles de estos jóvenes hay historias de quienes lograron pasar a Ceuta saltando la valla y los que lo hicieron bordeando a nado alguno de los
espigones fronterizos que separa nuestra ciudad de
Marruecos. Ellos llegaron, pero otros quedaron atrás, en el camino. A las muertes se suman las desapariciones de los que tras abandonar su hogar nunca comunicaron a sus familias las llegadas.
Es sin duda la parte más dura de los fenómenos asociados a la inmigración que afectan de una u otra manera a una Ceuta ubicada en plena frontera sur.
Una de las salidas más numerosas
El centro de estancia temporal ha organizado así una de las salidas
más numerosas de las llevadas a cabo después de semanas en las que no se había logrado ningún traslado. Estas ayudan precisamente a mantener el nivel de ocupación del CETI adecuado a posibles llegadas evitando los colapsos vividos en otras épocas que impiden su funcionamiento normal. Quienes dejan Ceuta marchan en dirección a
distintos puntos de la Península en donde en un principio cuentan con asistencia de oenegés que colaboran en esas primeras incursiones.