En el corazón de la base del Servicio Marítimo de la Guardia Civil

En semanas se cumple un año desde que el Servicio Marítimo de la Guardia Civil abandonó sus instalaciones en el puerto deportivo de Ceuta para desplazarse al pesquero. Hoy, los agentes que componen esta Unidad disfrutan de una base diferente, mejorada y mucho más digna.

Es otro concepto distinto. Atrás quedó la famosa torre que ahora será un museo, unas vistas ricas aunque también más expuestas al ojo del delincuente y un espacio que se había convertido en una particular lata de sardinas para los agentes del Servicio Marítimo.

Hoy comparten base en la lonja junto a los GEAS, sin problemas de colapso de embarcaciones y con áreas y dependencias mucho más amplias. Es la noche y el día para la labor de una Unidad que trabaja a presión en Ceuta luchando contra el tráfico de drogas e inmigrantes.

Las instalaciones fueron cedidas a la Guardia Civil por la Autoridad Portuaria, en un momento en el que parecía además que existían ciertos intereses en que los guardias civiles no estuvieron presentes en el deportivo. Por una razón u otra, los efectivos del Marítimo dejaron el espacio en el que habían permanecido años para pasar a otro controlado por cámaras, con mucha más seguridad y a la que acceden por una puerta automática independiente.

En la base disponen de un edificio principal administrativo, en donde están los despachos y salas que emplean los agentes y en donde se realizan todas las labores vinculadas a los servicios encomendados. “Tiene mejor habitabilidad, más espacio, más moderno y adecuado a las necesidades que como Servicio Marítimo tenemos, con unos pantanales adaptados a las instalaciones y con zonas divididas de trabajo.

Está mucho mejor en concepto de vivencia nuestra y para el servicio que le damos a la gente”, detalla José Antonio Burgos, teniente del Servicio Marítimo en declaraciones a FaroTV.

Disponen además de talleres para mantener a punto las embarcaciones, un lugar que nada tiene que ver con la infraestructura tercermundista, claramente deficitaria, de la que habían ‘disfrutado’ hasta la fecha, cuando tenían que trabajar prácticamente en un contenedor, sin ventilación y a temperaturas insoportables. Los mecánicos se encargan del mantenimiento de las patrulleras y de ponerlas a punto.

“Nosotros somos un Servicio Marítimo y lo que funciona son las embarcaciones, lo demás son infraestructuras para que esas embarcaciones funcionen y podamos hacer nuestro trabajo”, añade.

La base del Marítimo está perfectamente separada de las dos instalaciones con las que comparte espacio: el específico muelle pesquero donde están los pescadores y el Varadero.

Las nuevas instalaciones nada tienen que ver con las anteriores, aunque aquel era un punto de control estratégico

El terreno del que dispone la Guardia Civil duplica los metros que tenían antes, pasando de los 30 a los 71 metros lineales, disponiendo además de tres pantanales flotantes cuando antes solo tenían uno: dos de 12 metros y uno de 15 para las patrulleras más grandes.

El Servicio Marítimo dispone de dos embarcaciones medias y otras dos semirrígidas cabinadas, mientras que los GEAS tienen otro par.

“El acceso es bueno para llegar a los pantalanes y a las embarcaciones que tenemos”, detalla el teniente. La presión en el mar registrada este verano, que se ha saldado con cuantiosas embarcaciones intervenidas, sobre todo motos de agua, se aprecia también en las instalaciones del Servicio Marítimo, en donde quedan las piezas aprehendidas por su relación con la comisión de delitos.

Tras quedar retenidas en la lonja, son trasladadas al muelle de la Puntilla. Motos de agua y cabinadas se mezclan con los motores previamente retirados para que no puedan ser empleados en otros pases.

En el agua queda la muestra de lo que ha sido esa guerra contra el narco o el traficante de personas, con la cantidad de vehículos acuáticos retirados o bien en acciones directas de la Benemérita o con posterioridad tras indagaciones que han permitido vincularlas con delitos bajo investigación.

En estos meses se ha procedido al desarrollo de un operativo específico para incluso intervenir motos que estaban en el deportivo tras conseguir relacionarlas con la comisión de delitos. Operativo que sigue en marcha.

Para el Servicio Marítimo el cambio de ubicación ha sido radical. No hay duda del salto que se ha dado y así lo valoran.

“Mejor no, exponencialmente mejor en calidad de vida para los que trabajan porque estando en unas condiciones buenas se rinde mejor. Las otras instalaciones eran provisionales pero se convirtieron en definitivas porque estuvimos mucho tiempo allí. Ahora, gracias a dios, estamos muy bien”.

Las oficinas de la Unidad nada tienen que ver con las que hasta hace un año constituían su casa. El control vía cámaras de seguridad es completo, orientado sobre todo a salvaguardar la garantía de las embarcaciones.

“Al margen de que físicamente el compañero vigila porque tenemos una visión directa de las embarcaciones, tenemos otra más amplia con las cámaras”, detalla, mostrando el acceso a una base blindada en materia de seguridad que ha supuesto un cambio radical para esta zona, en donde antes eran comunes los robos y las entradas con ánimo nada transparente.

Dentro del propio edificio de la base del Marítimo se dispone de distintas salas y despachos tanto para los mandos como para los agentes.

Cocina, vestuarios amplios, servicios, duchas y diferentes salas que suponen un claro avance en dignidad, así como despachos para los distintos responsables en donde se puede realizar el trabajo de mejor manera.

Es la noche y el día de un escenario completamente diferente.

El resultado de la presión del verano, encarnado en cuantiosos decomisos

El Servicio Marítimo almacena en una parte de su base varias embarcaciones intervenidas en este verano, sobre todo motos de agua relacionadas con el tráfico de personas o de hachís. Desde aquí se procede a su traslado al muelle de la Puntilla.

La noche y el día de lo que fue y es la base

El puerto deportivo fue una ocupación temporal del Servicio Marítimo que terminó extendiéndose durante años. Con el cambio al pesquero se ha ganado en calidad de vida, disponiéndose de salas para todos los agentes, vestuarios amplios y taquillas, sala de estar, cocina, servicios y despachos para trabajar en mejores condiciones y con mayor seguridad.