Los vecinos de la barriada Arroyo del Infierno han denunciado el estado de dejadez que sufre. Las cañas han crecido desmesuradamente en este punto de Ceuta, las calles presentan grandes deterioros, la luminaria es insuficiente y bajo sus pies existe un submundo desconocido.
Para muchos puede sonar alejada, pero la barriada Arroyo del Infierno existe y nada más acceder a ella se puede apreciar un estado en decadencia que daña la imagen del hogar de muchos.
A los vecinos les gustaría recuperar su belleza, su espacio natural transitable y deshacerse de la basura y los carriles en mal estado.
Carriles en mal estado
Los carriles presentan grandes socavones y agujeros que, además de dificultar el paso a personas mayores y ocasionar caídas a niños que pueden desembocar en grandes heridas, también suponen un problema para los coches.
Los vecinos acompañan a FAROTV a cada uno de los rincones de este pequeño barrio para exponer el estado de dejadez que sufre.
“Está abandonado. Aquí no se interviene desde la pandemia”, asegura.
Son los propios residentes quienes intentan, en parte, mejorar los aspectos en los que pueden actuar, como recortar ciertos matorrales o reparar alguna parte de la carretera, pero imposible ocuparse de su mantenimiento total.
El Parque Jurásico de la ciudad
Los que allí viven exigen que Arroyo del Infierno, como muchas otras zonas de Ceuta, sea escuchada y se cumpla en ella un mantenimiento básico para no ser el “Parque Jurásico” de la ciudad.
Nada más entrar en la barriada, se recibe con un suelo imposible, pero adentrándose en la misma, la crecida de las cañas desde la zona baja invita a sentirte parte de una película de Tadeo Jones. Estas han crecido tanto que casi rozan las viviendas.
Estas cañas, en conjunto con otros matorrales y malas hierbas, han formado un suelo opaco, una selva a la que es imposible acceder, como sí se hacía antaño, y de la que no se puede avistar absolutamente nada.
Vacío debajo de la carretera
La carretera de acceso a las viviendas, además, presenta un vacío en su base que se puede observar sin complicaciones. Este estado es fruto de la borrasca Filomena, en 2021 y, desde entonces, no se han tomado cartas en el asunto para evitar desgracias.
Por este carril, porque no se puede llamar calle ni carretera, a pesar del supuesto asfalto -en condiciones pésimas- que presenta, pasan a diario coches e incluso camiones, por lo que es una necesidad urgente su reparación.
Los residentes temen que ocurra algún desprendimiento y puedan verse atrapados sin salir de sus viviendas, ya que este carril es el único acceso a ellas.
Trabajos (escasos) focalizados
Por otro lado, Brigadas Verdes acudió hace dos meses a realizar un trabajo focalizado. Los vecinos dieron parte sobre una rama de un árbol que estaba a punto de caerse, estos realizaron este trabajo y se marcharon.
También pasó algo parecido con un poste de la luz en mal estado y con alta probabilidad de caída. De dos postes que había, solamente cambiaron uno, dejando la situación finalmente como la habían encontrado pues, al estar unidos, si el otro se cae, arrastraría al que sí cambiaron.
En definitiva, un trabajo a medias que en un futuro no serviría de nada si no se completa. Para contextualizar, estos postes están situados justamente en la zona que comienza el precipicio donde las cañas no dejan ver el fondo.
Levantamiento de terreno
El alcantarillado, tapado por cemento, también se encuentra en malas condiciones y cuando llueve se levanta el terreno de su alrededor.
La acometida de agua se encuentra en la misma situación, ubicada en este precipicio y en condiciones cuestionables de sujeción. Alzar la voz se ha convertido en la única arma de los vecinos para evitar futuros problemas.
Como medida urgente, los vecinos demandan la reparación del carril y en segunda instancia situarían los trabajos de limpieza y desbroce de los hierbajos y cañas que crecen sin control.
Recuperar un lugar natural
Hay que recalcar que los vecinos no entienden como se ha podido dejar “de la mano de Dios” la crecida de cañas y haber abandonado una zona que era de disfrute para los vecinos en un lugar inaccesible.
“Antes se podía bajar por estas escaleritas y disfrutar del terreno de abajo, de la naturaleza, pero ahora eso es imposible. Se ha dejado mucho”.
En los adentros de la barriada también hay basura; carromatos olvidados, hierros, maderas, etc. Y, aunque Servilimpce hace su trabajo de recogida de basura de contenedores, pocas veces o cada largos periodos de tiempo acuden a retirar estos enseres de mayor tamaño.
La basura también se ha apoderado de la zona conquistada por las cañas, incluso un contenedor hay arrojado desde hace “bastante tiempo”.
Los residentes de la barriada quieren recuperar la vistosidad y belleza de un lugar encantador y poder hacer de su hogar un espacio agradable y, sobre todo, recordar que existen.