Dentro del caos por la situación fronteriza que vivimos día a día en el Tarajal, parece que las obras de remodelación siguen su curso y ya se puede percibir cierto avance en lo que es uno de los grandes proyectos del Gobierno del Estado en Ceuta. Se trata de una obra que comenzó accidentada y que cuenta con un retraso muy por encima de las fechas que se estipularon en un principio.
Pero es que tampoco es fácil. La frontera del Tarajal es un espacio muy delicado, es el único punto, actualmente, de entrada y salida de Marruecos, con numerosas dependencias que esperan no ver alterada su funcionalidad a causa de esos trabajos.
El reducido espacio tampoco ayuda. Con un par de carriles de entrada y otro de salida, más el paso de peatones, todo se concentra y es complicado meterle mano a una parte sin afectar a la otra.
Se supone que todo eso está estudiado, pero como cualquier otra obra, generará ciertas molestias, más como está hoy en día el flujo fronterizo y la presión que a la que está sometiendo el país vecino a sus conciudadanos.
Si antes se formaban cola, habrá que tener muy presente que esos tiempos pueden incrementarse debido a los exhaustivos controles de Marruecos y a que el tránsito se verá afectado por las obras.
No obstante, es una obra necesaria que tenía que haberse ejecutado hace mucho tiempo para contar, al fin, con una frontera de este siglo.