Las tornas cambiaron por completo. En esta ocasión no es que los periodistas llegaran al lugar de los hechos cuando se había producido una entrada de inmigrantes en Ceuta, ahora eran ellos los primeros en el terreno esperando la comprobación de la veracidad del llamamiento al pase a través de redes.
No se produjo y en algunos medios marroquíes ya han señalado al ‘culpable’: la labor previa llevada a cabo.
Así, el periódico electrónico Hespress alude a la vigilancia informativa de la Dirección General de Seguridad Nacional, que "jugó un papel decisivo en frustrar los llamamientos incitadores a la inmigración colectiva hacia Ceuta".
Conforme se publicaban esas incitaciones al pase se fue confirmando la detención de decenas de personas que se involucraron en la promoción de la operación en varias ciudades.
Esos provocadores de masas, encargados de instar al pase colectivo, fueron detenidos y, en varios casos, encarcelados. Esa reacción inmediata ha sido, valoran, lo que ha cortado la fuerza del movimiento harraga.
Según los mismos datos, las personas detenidas fueron interceptadas en Sefrou, Kelaa des Sraghna, Benguerir y El Araich, además de Tetuán y Casablanca, donde se reveló que la mayoría de ellos tienen antecedentes penales relacionados con fraude, estafa y robo, un dato que indica que el amplio proceso de promoción de la inmigración colectiva semanas antes era "sospechoso".
Mohamed Benissa, presidente del Observatorio del Norte de Derechos Humanos, declaró que "el fracaso de los llamamientos a la inmigración irregular a través de Ceuta el 30 de septiembre, que se lanzaron por medio de las redes sociales” tiene que ver con ese nuevo escenario.
Algo ha cambiado
Lo ocurrido este pasado septiembre demuestra que algo ha cambiado en el horizonte inmediato migratorio.
La movilización por redes sociales supone un movimiento complicado de controlar, pero persuasivo hasta el punto de convertirse en un problema de seguridad gravísimo.
Muchos de los incitadores al pase están presos, y además otros tantos están privados de libertad a la espera de resolución judicial.
Quizá lo que se pretenda con estos llamamientos es desestabilizar el país, Marruecos tiene bastantes problemas internos y algunos están echando más leña al fuego, eso sí, con la colaboración de ONGs.