Vivimos en un mundo globalizado, pero esa globalización vale para que nos enteremos que miles de niños se mueren de hambre, que las guerras injustas no cesan en el mundo, que hay países donde las mujeres son maltratadas y sometidas al mandato del hombre sin que nadie haga nada por cambiar esa situación, etc.
La globalización debería de servir para que hubiese un mundo más justo e igualitario para todos, pero de eso nada de nada, más bien todo lo contrario. Muchas multinacionales han aprovechado el tirón y llevan sus empresas a países pobres con la intención de producir lo más barato posible a costa de la explotación de sus trabajadores. Y también de cargarse el medio ambiente, ya que en esos países las leyes que lo protegen son casi inexistentes en la mayoría de ellos. Podían llevar riqueza a esos países si pagasen sueldos justos y sus trabajadores tuviesen unas condiciones laborales en condiciones, pero van a lo que van, pagar el mínimo para que sus productos sean más competitivos en el llamado primer mundo. El lado humano en todo este tema brilla por su ausencia.
La aviaria de tener más dinero puede con todo y doblega también al poder político, de ahí que casi siempre salgan ganando los empresarios de grandes fortunas y perdiendo los que menos tienen, esos que no les llega ni para comer. El poder político lo conforman en su mayoría personas con afán de ganar mucho y de satisfacer sus necesidades de poder, de mandar, de ser más que nadie…Y para eso les da igual terminar haciendo lo que les mandan los de arriba, los que manejan las grandes fortunas. Les da igual todo por tal de seguir aferrados al poder, de no dejar el sillón que los mantienen siendo “alguien”, ya que sí lo dejan algunos sentirán que son unos don nadie. Por supuesto que buenos políticos también hay, aunque no creo que sean mayoría.
El mundo está en manos de personajes de pocos escrúpulos y que se venderían al diablo por seguir mandando y así alimentar sus grandes ansias de poder. También de personajes con poca personalidad y débiles antes los vicios. La política debería de ser un instrumento para servir al ciudadano, y sobre todo a los más desfavorecidos, pero se ha convertido en una "profesión" para que muchos aprovechados que saben navegar muy bien en aguas pestilentes vivan sus minutos de gloria. Bueno, más que minutos, algunos viven gran parte de su vida ya que se aferran al poder y no hay quien los quite de ahí ni con agua caliente.
En los países que se puede elegir en las urnas a los que van a gobernar, como es el caso de España, cada vez menos gente acude a la cita con las urnas, pues están desencantados de ver tanta corrupción en la clase política. Los políticos han degradado tanto la forma de hacer política que cada día menos ciudadanos creen en ella. La corrupción está bastante generalizada y hay partidos políticos que apestan. La abstención está ganando todas las elecciones, pero eso parece darles igual a los que quieren mandar a toda costa, esos carecen de vergüenza y no se van por nada ni tampoco cambian su forma de hacer "política".
Esperemos que algún día los países sean gobernados por personas que de verdad piensen y sientan que la política se inventó para construir un mundo mejor y no para satisfacer sus necesidades personales, vicios…