El profesor del departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de la UGR en Ceuta Fernando Trujillo ha coordinado el libro ‘Aprender y enseñar en tiempos de confinamiento’, un trabajo impulsado por ‘Conecta13’, una ‘spin-off’ de la institución nazarí, con la participación de los profesores Manuel Fernández, Ramón Montes, Adrián Segura y Jesús Trujillo; David Álvarez, cofundador de la empresa; y la investigadora Ana Yara Postigo.
La publicación, que acaba de salir a la venta, pretende “responder a las preguntas que puede tener un docente a comienzos del curso 2020-2021” en plena pandemia del coronavirus “sin renunciar a aportar los resultados de investigaciones recientes y propuestas que se están desarrollando en instituciones o centros educativos de reconocido prestigio”.
El libro está formado por ocho capítulo que, según destaca el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, en su prólogo, “abordan un buen número de cuestiones que se plantea cualquier persona interesada en analizar” el fenómeno de la COVID-19 “y su impacto educativo”.
El primer capítulo, elaborado por Adrián Segura, hace “un recorrido somero por la literatura científica generada entre diciembre de 2019 y julio de 2020 para poder entender el impacto de la COVID-19 en la educación”.
Alejandro Tiana, Sec. de Estado de Educación: "La COVID-19 ha concienciado sobre la necesidad de revisar la práctica docente”
El propio Trujillo firma el segundo, centrado en las “claves” para la organización “eficaz” de un centro mientras dure la pandemia con el IES Pablo de Olavide de La Luisina (Sevilla) como referente. Para el autor “en una situación como la actual contamos con tres ideas fuerza fundamentales: el liderazgo y la gobernanza del centro, que se sustancia en el uso de los espacios y los tiempos a nuestra disposición; la colaboración entre el profesorado y entre el centro y su entorno; y, finalmente, el desarrollo profesional docente del profesorado, que nos permite afrontar nuevos retos con garantías de éxito”.
“En el caso de la crisis de la COVID-19, la mejor respuesta educativa es, precisamente, disponer de una diversidad de posibles enfoques didácticos y metodológicos, así como de suficientes recursos tecnológicos tanto en una situación de docencia presencial como de educación a distancia”, advierte el propio Trujillo en el capítulo dedicado a las posibilidades para explorar nuevos contextos y canales de enseñanza y aprendizaje justo después del capítulo que David Álvarez dedica a las infraestructuras escolares y en el que atisba una “escuela del futuro” en la que “las familias no son agentes intrusos en los centros, sino parte fundamental del proceso educativo” y en la que las nuevas tecnologías facilitan la atención a la diversidad.
“Es el momento de aprovechar esta oportunidad para dar un paso adelante”
“Es el momento de aprovechar esta oportunidad llena de incertidumbres para dar un paso adelante y empoderarnos como profesorado, para que podamos guiar a nuestro alumnado en su proceso de crecimiento y desarrollo de la autonomía ante la vida y el aprendizaje”, concluye Ana Yara Postigo su texto dedicado a la importancia de los contenidos y las competencias en la educación y a la necesidad de que los docentes sean capaces de “generar situaciones, experiencias, actividades y dinámicas realmente motivadoras que generen en el alumnado el interés por seguir aprendiendo”.
Manuel Fernández firma el apartado dedicado a la evaluación y la calificación. A su juicio “el objetivo es aprender y evaluar no es más que recoger datos sobre el camino que hacemos juntos para aprender cómo hacerlos mejor”.
En esa línea se insertan también las aportaciones de Ramón Montes en ‘Educación no es solo contenidos: el objetivo del desarrollo integral de la persona’, en el que destaca que “debemos dar a los docentes la oportunidad de ir a lo esencial para poder dedicarle más tiempo de calidad a cada experiencia educativa”.
“De nosotros depende”, alerta, “que se configure la escuela como espacio útil para el cambio y para la transformación o que sea simplemente un espacio más de reproducción que deje inalterados los sistemas de desigualdad e injusticia de nuestra sociedad. En nuestras manos está la construcción de uno u otro modelo y la pandemia es un punto de inflexión para tomar decisiones”.
Fernando y Jesús Trujillo Sáez cierran ‘Aprender y enseñar en tiempos de confinamiento’ con una llamada de atención: “Uno de los factores fundamentales para la transformación que subyace al discurso de las competencias (que “comienzan a desarrollarse en la familia, crecen significativamente en la escuela y se desarrollan plenamente en la ciudad a lo largo de la vida) es la reconsideración de la relación entre escuela, comunidad y entorno urbano”. Desde su punto de vista, “el espacio de intervención en el futuro no es exclusivamente el de las programaciones o las prácticas de aula”. “Si queremos ofrecer de verdad tanto garantías de protección sanitaria como una educación de calidad, de aquí en adelante será fundamental que seamos capaces de vertebrar la relación entre escuela y entorno urbano y de movilizar los activos necesarios para el bienestar y el aprendizaje de nuestro alumnado”.
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