Cuando llegan las 20:00 horas, y empiezan a escucharse aplausos en la barriada del Polígono Virgen de África, entre todos los que resuenan, están los del pequeño Ishaq. Este bebé de un año cogió la costumbre de sumarse a los apoyos que desde las ventanas, las terrazas o los balcones de la barriada se expresan a fuerzas de seguridad, sanitarios y demás personas que están, desde el primer día, en primera línea enfrentando al coronavirus.
“Y ya es todos los días. Escucha la música y él tiene que aplaudir”, relata su madre a este periódico. Ishaq, desde que comenzó a escuchar a esa hora la música que sonaba por la calle, se iba corriendo o gateando al cuarto de su hermano mayor. Si la puerta está cerrada, se queda delante y pide que le abran.
A día de hoy lo sigue haciendo y aplaude con las mismas ganas que desde que comenzó a hacerlo. Junto a su familia, se asoma a la ventana y a veces desde el poyete, y otras desde la habitación, aplaude. Sin falta. Porque para Ishaq este momento ya se ha convertido en algo especial y, como tal, su familia le ha grabado durante varios días a esta hora. Una costumbre que este joven comprometido con la causa, aún sin saber muy bien el por qué de los aplausos, suma los suyos junto a los de sus vecinos.
Casi dos meses esperando a que llegue la hora en la que comienza a sonar el '¡Que viva España!' de Manolo Escobar o cualquiera de las canciones que se preparan para la cita diaria de gran parte de los ceutíes que dedican unos minutos a quienes dedican su día a día para proteger a todos de una pandemia que sigue haciendo estragos en nuestra ciudad y en el conjunto del país.