Han tenido que llegar hasta Madrid para pedir que cese una injusticia arrastrada desde hace años. No sé si se conseguirá algo, pero al menos Ceuta Ya! sigue enarbolando la bandera de la defensa de algo tan digno como que uno pueda tener sus apellidos. Los suyos, no los impuestos.
Hay miles de musulmanes en Ceuta que hoy por hoy no pueden ser identificados con los que les corresponden.
¿Se imaginan que de la noche a la mañana ustedes perdieran esa parte de su identidad?, ¿que terminaran todos mezclados en una bolsa para salir con los mismos apellidos obviando los legítimos?
Hablar de humillación es poco. Se cometió una afrenta que se ha perpetuado en el tiempo. Jugar con los sentimientos es duro, y eso es lo que aquí ha sucedido. Nadie en todos estos años ha abordado este asunto con seriedad suficiente como para dar con una solución.
Esa falta de interés dice mucho de la nula empatía de una estructura de poder a la que parece que le da igual todo, que es capaz de arrebatar lo que es de uno, lo que hereda de su padre y su madre y traslada a sus hijos.
Un apellido es un orgullo porque es historia, porque es recuerdo de tus antepasados porque es el tronco histórico que mantiene esa unión. Hoy en día muchos no pueden tenerlos oficialmente por esa suerte de imposición ilógica a la que nadie quiso poner el punto y final.
Ceuta Ya! espera que haya una solución. Ellos han tomado la iniciativa, pero somos muchos los que pensamos que ya es hora de terminar con esas trabas que arruinan la identidad de una persona. Al menos por justicia. No deberíamos haber llegado a este punto, porque nunca se tendría que haber permitido el robo de la identidad.
Te vas a refriar Carmen, te gusta meterte en todos los charcos