Los últimos apedreamientos en el Príncipe no han dejado indiferente y mucho menos a los propios implicados y relacionados con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es el caso del superintendente de la Policía Local, Ángel Gómez, que en el transcurso de una actividad sobre educación vial celebrada ayer condenaba enérgicamente estos “vandálicos” atentados a los agentes de la Guardia Civil. “Hay que tener en cuenta que toda sociedad sin autoridad es una sociedad que va al caos. Por eso hay que mantener el principio de autoridad y estos ataques hay que cortarlos por lo sano”. En este sentido, Gómez insistía en la necesidad de elaborar “planes urgentes e importantes” para que estos hechos no vuelvan a producirse.
Aunque la virulencia de la agresión hizo necesaria la rápida participación de los agentes de la Policía Local, requerida por la Guardia Civil, mostrando una vez más “ese espíritu de colaboración tan íntima que tenemos entre los cuerpos y fuerzas de seguridad”, Gómez recuerda que la Local no es competente en estos temas. “Ni tenemos funciones, ni medios, ni preparación para poder resolverlos”, aclara.
Gómez ha mostrado su preocupación ante el hecho de que la presencia de un servicio público, bien sea Policía, Bomberos, Urbaser o ambulancias, sea recibida “a pedradas” por cierto sector de la población del Príncipe, de modo que se pueda llegar a “perturbar” hasta tal punto que el “servicio no se puede prestar”.
Tanto la Administración General del Estado, como el propio Gobierno local, asegura, muestran la misma preocupación por este problema endémico del Príncipe, y ante ello, “creo que se están poniendo los medios para resolverlo”, asevera.
Por su parte, la Unión Federal de Policía (UFP), recordaba, en palabras de su secretaria general, Ana Moya, que la “prevención” de este tipo de actos debe marcar el objetivo de la Jefatura Superior de la Comisaría de la Policía Nacional. “Esto es lo más importante, porque no hay que olvidar que estas agresiones son un delito y de nada sirve que nos personemos en la zona una vez que ya se ha producido el apedreamiento contra cualquier miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, apunta.
Moya recuerda que desde su sindicato han transmitido, en innumerables ocasiones, esta situación al jefe superior, “que incluso a veces nos ha llegado a tildar de mentirosos por eso”. Tras meses exigiendo una solución a este problema, finalmente la Jefatura ha solicitado al sindicato un balance de los problemas, así como propuestas para su erradicación. “Quien debe solucionar esto es el jefe superior y no un sindicato pero lo presentaremos por escrito”, explica Moya, quien, no obstante, considera que, dada la experiencia de la UFP, esta situación “se podría solucionar de forma fácil”. Moya argumenta sus palabras asegurando que las medidas a adoptar deben ser “más contundentes”, de cara a erradicar lo que antes eran incidentes “esporádicos” y que ahora se han convertido en “frecuentes agresiones a compañeros”, concluye.