Acabamos de terminar las IX Jornadas Jurídicas en las que la relación entre periodismo y tribunales ha sido colocada en uno de los planos principales.
Y justo se emiten una serie de reflexiones el mismo día en el que se hacía pública la sentencia del caso Gürtel.
Su contenido es demoledor, marca un antes y un después en la vida política y afecta de forma sangrante al Partido Popular en el Gobierno y al presidente de todos los españoles, lo hayamos o no votado, Mariano Rajoy, cuyos restos de credibilidad han quedado apuntalados.
Cuestionaba el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, el excesivo protagonismo mediático que se da al espacio judicial.
Mientras conocemos noticias e informaciones de tanto calado, la sociedad piensa en el Madrid
Comparto su opinión solo en parte. Hay veces que se peca de exceso hasta el punto de convertir una historia en una farándula (véase el caso del niño de la maleta y el bochorno que muchos pasamos en los pasillos judiciales); pero otras, es gracias a ese trabajo de muchos medios de comunicación como se expone a la sociedad qué vicios están rodeando a una clase política que incurre en lo que no debe.
La difusión de la sentencia del caso Gürtel debe copar no solo los primeros minutos de un telediario, sino dar pie a especiales que desmenucen lo que los tribunales de justicia han dicho y que afecta tan de lleno a la propia gobernabilidad de este país.
Entiendo que en Ceuta interese recibir a César Brandon antes que organizar una lectura de principios
Entiendo que en el resto del país hay quienes siguen obsesionados por comerse el donut o ver si el Madrid de sus amores sigue siendo el Rey, mucho antes que reflexionar sobre si el presidente de todos los españoles, lo hayamos elegido o no, sigue teniendo la credibilidad suficiente después de lo manifestado por un Poder Judicial que batalla por su independencia mientras reclama, de forma agónica, más medios y recursos para luchar precisamente con la corrupción.
Hoy España no es la misma, la sociedad tampoco debiera serlo, pero incongruentemente existe un poder anestesiador demasiado acentuado que llega al punto de considerar normal lo que está pasando, de reaccionar con acomodo a lo que no lo tiene, de recibir el bombardeo de noticias sobre detenciones, encarcelamientos, corrupción, tramas y demás como si nos estuvieron narrando la relación musical de los 40 Principales. Pasito a pasito.
El mayor poder anestesiador lo tiene la prensa, VOSOTROS, sí vosotros. Sois lacayos, lameculos y sicarios del SISTEMA, del masónico-sionista Nuevo Orden Mundial (NOM). Que escondéis, cuando no podéis censurarla, en el fondo de vuestros periódicos noticias que al SISTEMA no le interesa dar publicidad. Y las noticias que favorecen al NOM las publicáis en portada y a cinco columnas. Aún estoy esperando leer a toda plana la la perversidad de estas migraciones masivas y la llegada de los que se dicen refugiados. La prensa oculta cuidadosamente las tropelías de esos recién llegados en los centros de acogida y/o en las ciudades de los países que los acogen. Es llamativo –y denunciable– el consenso tácito o acrítico –lo que se ha convertido en un lugar común– sobre las migraciones masivas y la recogida/acogida indiscriminada de refugiados.
Vosotros –periodistas lacayos, sicarios y lameculos de NOM– os habéis convertido en predicadores de la mentira, vendéis una falsa generosidad a raudales, marginando a todo aquel que no se pliega a vuestra miserable verborrea. Expulsáis de vuestros periódicos a todo aquel que intente colar noticias sobre la perversidad de estas migraciones y de los refugiados recogidos/acogidos. Sois auténticos lacayos, sicarios y lameculos del Nuevo Orden Mundial.
Que mente más carcomida. Ten cuidado los extraterrestres también están por aqui entre nosotros.