Desde la entrada en vigor de la Constitución Española en 1978, ha habido siete presidentes del Gobierno, investidos por el Congreso de los Diputados y catorce legislaturas, más la Constituyente.
La Constitución se ha reformado desde su aprobación tres veces; la última de ellas fue el artículo 49: “Las personas con discapacidad ejercen los derechos previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad reales y efectivas. Se regulará por ley la protección especial que sea necesaria para dicho ejercicio”. La palabra ‘discapacidad’ suponía un cambio semántico que devolvía la dignidad al colectivo.
Yo tenía 11 años cuando Arias Navarro leía el testamento del general y anunciaba una muerte imposible En el colegio, el Director nos comunicó la noticia con lágrimas en los ojos y una muchedumbre de niños rompimos las filas del gran grupo para irnos a casa.
En aquellos días, la vida se deslizaba delante de un televisor en blanco y negro . Se esperaban los partes de Radio Nacional con los pitidos habituales de cada hora que repetían hasta la eternidad la hora de menos de las Islas Canarias.
Ya en el instituto, a los 17, unos guardia civiles tomaron el parlamento e invitaron a sus señorías a echarse al suelo mientras el Presidente del Congreso, a punta de pistola, era amenazado de muerte; era Landelino La Villa. Esa imagen se quedó congelada en mi memoria.
La legalización del Partido Comunista, la Pasionaria presidiendo la mesa de edad del Congreso acompañada de Rafael Alberti, la victoria del Partido Socialista, el Referéndum sobre la OTAN.
Ya era estudiante de Filosofía. A los 21 años sentía que comenzaba a participar en el mundo.
Demasiada sangre hay en mi memoria Irene Villa, Hipercor, la casa cuartel de la guardia Civil de Santa Pola, Miguel Ángel Blanco, Tomás y Valiente, Gregorio Ordoñez, Gregorio Peces Barba, los abogados laboralistas, el atentado a la revista el Papus. Todos forman parte de la memoria colectiva de este camino en busca de la libertad.
Aquella Constitución del 78 es la Constitución del 2026.
¿Qué ha ocurrido? ¿Dónde estamos? ¿Qué hoja de ruta diseñamos estando como están las cosas?
Ahora somos nosotros los encargados de seguir navegando, de contar en las aulas lo que sucedió y lo que estamos dispuestos a hacer para conquistar la dignidad democrática de ciudadanos libres, responsables comprometidos y solidarios que necesitan los pueblos.
Decía Aristóteles que el hombre es un animal político y Kant nos anunciaba a la humanidad como fin en sí mismo.
Hoy se han visto demasiadas tensiones entre los partidos políticos, demasiadas desconfianzas y demasiados reproches. Una constitución es papel mojado cuando los que deben velar por ella no ejercen como garantes fundamentales en un ambiente nefasto para la convivencia. El odio, la ira, la mentira, los bulos y la discordia esperan agazapados para debilitar a esta Constitución que hoy cumple 46 años.
A mis 60 años tengo una sensación extraña de que todo está por hacer y que el sentido de la democracia es ir conquistándola todos los días.
El grupo Jarcha nos regaló una canción que se convirtió en un himno.
Dicen los viejos que en este país
hubo una guerra
que hay dos Españas que guardan aún
el rencor de viejas deudas.
Dicen los viejos
Que este país necesita
palo largo y mano dura para evitar lo peor.
Pero yo solo he visto gente
que sufre y calla, dolor y miedo
Gente que solo desea
su pan, trabajo y la fiesta en paz.
Libertad, libertad
Sin ira, libertad
Guárdate tu miedo y tu
Ira porque hay libertad sin ira libertad, y si no la hay sin duda la habrá
Dicen los viejos que hacemos
Lo que nos da la gana
Y no es posible que así pueda haber
gobierno que gobierne nada.
Dicen los viejos
Que no se nos dé rienda suelta
Que todos aquí llevamos
La violencia a flor de piel.
Pero yo solo he visto gente
Muy obediente, hasta en la cama
gente que tan solo pide
Vivir su vida, sin más mentiras y en paz.
Libertad libertad.