La actriz Ana Duato regresa al teatro con ‘La música’, una obra tan delicada como intensa que invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, los amores perdidos y la memoria compartida. Este sábado, la actriz se subirá al escenario del Teatro Auditorio del Revellín a las 19.30 horas para ofrecer al público de Ceuta una historia íntima y llena de emociones.
Antes de eso, Ana Duato ha hablado con El Faro sobre esta obra, así como de su papel como Mercedes en ‘Cuéntame’ y de la magia del teatro, entre otras cosas.
- Este sábado que se pone aquí en escena ‘La Música’. ¿Qué se va a encontrar el público con esta obra?
Yo creo que es una historia universal y atemporal. Una historia del desamor de una pareja que se encuentra al cabo de un tiempo y probablemente se dicen cosas que nunca se habían dicho.
Entonces, bueno, es una obra con muchas emociones, digamos. Con muchas mordeduras, de cosas que no se habían dicho nunca, de darse cuenta que iniciaron un proyecto de vida, formaron una casa, un hogar, pero que les fue imposible porque la incomunicación les llevó al desastre.
- ¿Qué le atrajo de esta obra para volver a subirse a los escenarios de los teatros?
Yo llevaba mucho tiempo, la verdad, queriendo hacer teatro y me apetecía mucho. El hecho de que Magüi Mira me propusiese esta obra de Marguerite Duras y que ya tuviese tan claro el texto y la obra que quería, lo que quería contar y que luego se sumó al proyecto un actor que admiro muchísimo, que es Darío Grandinetti y me hizo decir ‘ha llegado el momento de subirme al escenario’.
El teatro es único, es el presente máximo de la conexión y la comunión, digamos, con el espectador.

- Le quería preguntar por su compañero de reparto, Darío Grandinetti, ¿cómo ha sido y cómo está siendo trabajar con él?
Darío es un grandísimo actor y él ya solo con su presencia llena un escenario. Todo el viaje de los ensayos, que es muy intenso siempre, donde buscas todo el proceso, donde te abres de arriba abajo las carnes para buscar el personaje y sus emociones, ha sido un proceso muy bonito y ahora lo es más.
A pesar de tener el mismo texto, el mismo escenario y los mismos personajes, el público cada día es diferente y realmente sale una obra diferente. A veces nos sorprendemos, que eso es lo maravilloso que tiene el teatro, de cosas que has dicho en otras funciones y de pronto producen un efecto en el espectador, desde la risa, la emoción o el llanto, que son nuevos.
Y eso es muy bonito en el teatro y junto con Darío, que es un actor de muchísimo talento y experiencia, te sientes muy libre en el escenario para que sucedan cosas, como decía Strasberg, ‘milagros, milagritos’.
- Esta es una obra que fue escrita hace ya varias décadas, ¿por qué cree que sigue conectando con el público actual?
Porque son temas universales y atemporales. Los temas del amor, de un amor perdido, de la separación, de la infidelidad, de los celos, de los recuerdos que uno tiene, la versión de cada uno que uno tiene…
Y todo esto de la mano, no solo de Magüi, sino de una mujer como Margarita Duras, que estaba llena de contradicciones. Era una mujer que era pura contradicción, era la fortaleza, pero la vulnerabilidad, el destino y el azar, la muerte y la vida, o sea, todo en ella era pura contradicción.
- Tiene una larga trayectoria a su espalda, ha hecho televisión, ha hecho teatro, ¿diría que le queda algo por explorar?
No, pero no creo que lo haya hecho todo, para nada. Yo creo que, con cada proyecto, ya sea de televisión, de cine o de teatro, digamos que te reinicias, y creo que eso es lo bonito, porque coges el personaje, aunque ya tengas experiencia, pero como si estuvieses empezando.
Creo que eso en mi profesión no se tiene que perder. Hay que empezar desde ahí, con la sensación de que vuelves a empezar con cada personaje, porque cada personaje es un mundo y esa es la parte más enriquecedora.
Y luego, claro, tienes la oportunidad de hacer no solo personajes de diferentes épocas, de diferentes profesiones, con diferentes momentos emocionales, personales, entonces, claro, vives muchas vidas y es un lujo porque vives las vidas de muchas personas. Un poco como cuando lees, que la lectura te lleva a historias y te enriquecen historias de otras personas que han vivido otra época y otras circunstancias.

- Es inevitable que el público la recuerde con mucho cariño por su papel en ‘Cuéntame’, ¿cómo recuerda esa experiencia y cómo recibe ese cariño del público?
‘Cuéntame’ forma parte de mi vida central, fundamental, como actriz y como persona. Yo he tenido la suerte de estar en un proyecto tan importante como ‘Cuéntame’, que hablaba de nosotros, hablaba de nuestra historia, de quiénes éramos y quiénes somos y por dónde van las generaciones.
Cuando algo es tan cercano, digo tan cercano porque es la vida misma, tienes la suerte de interpretar a personajes muy de verdad, con los que la gente siente absoluta empatía y se ven reflejados. Además, hablas de temas fundamentales de la vida, temas importantes, los que de verdad importan. Y eso es una gratificación.
Y luego la suerte de hacer un personaje como Mercedes, que es una mujer llena de muchas mujeres, inspirada en muchas madres, en muchas abuelas, en muchas mujeres del mundo fuertes y cuidadoras.
- ¿Y si tuviera que elegir entre televisión o teatro, podría hacerlo?
Es que es diferente, ¿sabes? Es un trabajo muy diferente por los timings, por la forma, digamos, por cómo se hace. Pero luego al final estás trabajando con algo que es interpretar, darle vida con la máxima verdad, ya sea en televisión, rodando a las 8 de la mañana con un equipo y una cámara enfrente; o subida a un escenario a las 8 de la tarde con un público delante.
Al final trabajas desde la verdad y hacia un público que quieres que le toque y que le haga sentir, reflexionar, emocionar, reír o lo que sea.

- Para finalizar, ¿qué le gustaría que se llevase el público después de ver ‘La música’ este sábado aquí en el Revellín?
Siempre a uno le gusta pensar que hace cosas que remuevan y que te plantees y que el espectador salga del teatro hablando. Yo veo que es una obra de teatro, por su texto, que llega mucho y, me gusta mucho, porque la gente se queda hablando de qué haría en esa situación, o si la persona también se ha podido sentir emocionada porque ha pasado por algo o está pasando por algo parecido, que eso me lo dice mucha gente, o si está de acuerdo o no con lo que sucede con los personajes, con ella o con él.
Entonces, me gustaría crear una conversación donde se siga hablando de las relaciones, de las conexiones humanas. Margarite quería al final un mundo mejor para hombres y mujeres y que se siga hablando de eso me parece importante.






