No se les olvida. No son números. Tenían sus vidas, las que van a permanecer siempre presentes entre quienes les conocieron. Alae Akka, Ahmed El Mehdi, Brahim Abughar, Tarik Rbati y Yahya Laroussi llevan desaparecidos desde el 30 de noviembre, cuando partieron de Ceuta en una pequeña embarcación. Este miércoles, en el Círculo de Silencio que se reúne cada mes en la plaza de la Constitución, se les ha recordado. “La falta de vías legales y seguras para migrar pone en peligro y causa la muerte de miles de personas cada año”, han recordado. Indignados y con un dolor que no cesa, han aludido a estos cinco adolescentes todavía sin localizar. “Estos chicos, que llegaron a Ceuta el pasado mes de mayo durante la crisis humanitaria que llevó a miles de personas a entrar en la ciudad, no se hubieran visto obligados a tomar esta decisión si hubieran sido acogidos en recursos dignos y adecuados, atendiendo a su situación de menores y su interés superior”, han denunciado.
Del grupo de los cinco, de los que nada se sabe, de los que dejaron rastro entre quienes les conocieron, se han acordado los participantes en este nuevo encuentro que sirve para visibilizar, en silencio, las situaciones migratorias que se dan en plena Frontera Sur.
Al recuerdo se ha sumado la denuncia por la devolución de dos menores llevada a la justicia por varias oenegés. Una expulsión “sumaria e ilegal” de dos adolescentes. “A pesar de que su devolución estaba suspendida por orden de un juzgado de la ciudad, a pesar de que estos chicos contaran con abogadas de Fundación Raíces y Coordinadora de Barrios para su defensa, a pesar de que manifestaron su deseo de permanecer en España, se incumplió la legislación y se vulneraron los derechos de estos niños, devolviéndolos al país del que huyeron”.
El archivo de la causa abierta por la devolución de un menor
No solo sobre este polémico caso se ha pronunciado el Círculo de Silencio. No han olvidado otro asunto mediático como el archivo por parte de la Fiscalía de Ceuta de la denuncia presentada por la devolución de Ashraf, el menor que entró a nado con un flotador hecho a base de botellas de plástico. “Según argumentó no se acreditó la minoría de edad del chaval retornado. Nada importó el principio de presunción de minoría incluido en la Convención sobre los Derechos del Niño, aplicado a cualquier persona que podría ser menor de edad, ya sea porque lo dice o porque lo aparenta. El daño que se causó a un menor tratándolo como un adulto es irreparable. Una vez más las violaciones de derechos humanos en la frontera quedan impunes”.
Las continuas muertes y desapariciones no han sido olvidadas en esta reunión, aludiendo además a los “naufragios silenciosos” que quedan fuera de las estadísticas. “No podemos seguir permaneciendo impasibles mientras estas cifras no hacen más que crecer, mientras siguen muriendo miles de personas en el mar”.
A la denuncia se han sumado las exigencias, reclamando que se ofrezca una acogida digna a todas las personas que llegan a nuestro país, que se respeten los derechos de la infancia migrante con recursos de acogida adecuados y que se respete la dignidad de las personas apostando además por las vías legales y seguras.
Ya de camino se podía extender esta concentración silenciosa a todas las plazas principales de África, a ver si sus dictadores, reyezuelos, mandamases, gerifaltes ridículos, asesinos, integristas y fanáticos y sus regímenes super corruptos se sentían también responsables de la situación.
Pues nada que a estos chicos hay que cuidarlos, y digo yo el porque esta organización no se dedica a darse una vueltecita por el Paiz de estos chicos y le dicen a su rey lo que no dicen a nosotros. a que con marruecos no se puede hablar.