Las playas habilitadas para el baño en Ceuta están preparadas para todas las personas que quieran disfrutar de uno de los atractivos en la temporada de verano.
Este año, como novedad y a petición de los usuarios de las playas, el Ayuntamiento de Ceuta ha reforzado el acceso para que las personas con discapacidad y/o movilidad reducida puedan acudir con más facilidades.
Estas playas han sido la de la Ribera, la del Tarajal y la playa de la Almadraba. Además de estas, la playa del Chorrillo y la de Benítez (en el primer tramo), por ejemplo, también cuentan con un acceso orientado a estos usuarios.
Se trata de una pasarela por encima de la arena que, en el caso de la playa de la Ribera y del Chorrillo, finaliza con dos barandillas entrando ya en la orilla del mar y junto a dos cuerdas con boyas para que el momento del baño en el mar sea más fácil.
Sin embargo, en la playa de la Almadraba han construido un acceso desde la calle hasta la oficina de socorrismo de Marsave que, además, se alarga hasta mitad de la playa. Es decir, al contrario que las dos playas anteriormente mencionadas, carece de vallas como apoyo para las personas y de las boyas. Los socorristas afirman que es un “apaño” y no una solución para los usuarios con alguna discapacidad que quieren acceder a esta playa.
Muy parecida es la situación de la playa del Tarajal, la más próxima al perímetro fronterizo. También se ha construido un acceso destinado para las personas con discapacidad o reducción de movilidad pero éste tiene desigualdad y desnivel.
Además de que el usuario, si quiere llegar a la playa, debe subir y bajar un puente extenso debido a las obras. La pasarela en sí también tiene agujeros y desperfectos. Al igual que la de la Almadraba, tampoco tiene las dos vallas de metal y los hileros de boyas sobre el mar.
El pasado 15 de junio comenzó la temporada de baño y, aunque este es año más atípico por la pandemia del COVID-19, los accesos para personas con movilidad reducida se han ido incorporando poco a poco. Al igual que las redes antimedusas, que también tardaron en llegar.
Eso fue porque por causa de la pandemia del coronavirus las playas han tenido que adoptar una normativa muy diferente y compleja, al contrario que en todos los años anteriores: dos accesos diferentes –uno de entrada y otro de salida–, toma de temperatura al acceder a la playa, mantener una distancia de seguridad con el resto de bañistas no convivientes, está prohibido el intercambiar accesorios de baño y, lo más peculiar, el aforo permitido que se debe respetar.