16 subsaharianos llegaron anoche a la playa de Juan XXIII. Lo hicieron tras chocar contra las rocas y escaparon desorientados porque desconocían dónde estaban. La Guardia Civil ha recuperado petacas de gasolina y el motor de la patera, de Marruecos.
16 inmigrantes subsaharianos lograron alcanzar, en la noche de ayer, la playa de Juan XXIII tras chocar contra las rocas. Iban desorientados, ocupando una patera a motor, sin matrícula, de Marruecos y cargada con petacas de gasolina. El golpe con las rocas frenó su travesía y provocó que todos ellos emprendieran la huida por el lugar, sin saber a ciencia cierta dónde se encontraban y qué iba a suceder.
Patrullas de la Guardia Civil dieron con todos ellos, reuniéndolos en el entorno de la guardería La Pecera a la espera de que las unidades de Cruz Roja les prestaran asistencia sanitaria. Todos varones, probablemente de Guinea Conakry, se encontraban en buen estado de salud, tal y como certificaban los voluntarios del ERIE de la entidad humanitaria.
La Benemérita se hizo con el motor de la patera y con las petacas de combustible que pudo sacar de una zona de rocas de muy complicado acceso, dejando la embarcación en el lugar ante la imposibilidad de retirarla con las patrulleras oficiales del Instituto Armado. La historia vuelve a repetirse. Ya lo contaba este medio en un doble reportaje la semana pasada. La línea que separa Marruecos de España encuentra su vía más fácil en Juan XXIII. En tres minutos logran el pase, aunque el mismo sea demasiado arriesgado como ocurrió ayer.
Las pequeñas redes mandan a uno de los subsaharianos a patronear la patera, provocando que las travesías terminen como la de ayer: chocando contra las rocas e igual que sucedió con la última patera llegada a Juan XXIII, golpeándose y pudiendo provocar accidentes.
Los pases se producen aprovechando cambios de relevo y alterando los puntos de llegada, instados por ese ‘contra-servicio de información’ que sabe perfectamente cómo se mueven los controles del Instituto Armado.
Ayer la historia terminó bien, pero los protagonistas de esta travesía pudieron haber corrido serio peligro porque ni sabían dirigir la embarcación ni dónde llegaban. La Benemérita sabe que uno de estos 16 varones fue el que llevó el pilotaje de la patera pero ha sido imposible, al menos anoche, identificarlo.
El ERIE de Cruz Roja ayudó en las labores de filiación de todos los subsaharianos hasta proceder, pasadas las 23.30 horas, a su traslado a las dependencias de la Policía Nacional antes del ingreso en el CETI, que esta semana rebajaba su ocupación con la salida de medio centenar de residentes.
La de anoche es la segunda de las embarcaciones que llega a Ceuta después del desembarco producido el pasado lunes en el Recinto. Sus protagonistas salieron huyendo aunque en ese caso el patrón sí pudo escapar con la embarcación empleada.
En lo que va de año la Guardia Civil ha detenido a casi una decena de patrones y buena parte de ellos están entre rejas esperando juicio, enfrentándose a condenas que alcanzan los siete años de prisión.