El cementerio de Sidi Embarek, en Ceuta, ha acogido este sábado el entierro del joven cuyo cuerpo fue recuperado por los GEAS de la Guardia Civil en la zona entre el Recinto y Sarchal este pasado miércoles.
Ha sido imposible su identificación oficial, ni siquiera se han logrado datos tras la difusión del traje de neopreno tan específico que llevaba, con un estampado muy poco común: unas flores en el pecho.
Llevaba bastante tiempo sin vida en el mar, de acuerdo con las estimaciones tras la autopsia que se le practicó hasta cuatro meses. Su reconocimiento es inviable y solo queda que las investigaciones que en todos estos casos llevan a cabo los agentes de la Guardia Civil puedan aportar algo de claridad tras la verificación de unos documentos.
Hoy ha sido enterrado en la tumba 4896 sin haberse logrado concretar su identidad pero con el respeto de quienes han estado en esta última despedida rezándole a su lado, sin dejarlo solo.
La Funeraria Al Qadar ha procedido a su traslado hasta el cementerio este mediodía en donde esperaba el imán y los trabajadores de este lugar.
La ruta dramática de la frontera sur
Las muertes y desapariciones marcan la senda migratoria de esta frontera sur. Son muchas las historias narradas por familias que buscan a sus seres queridos o amigos que claman por alguna noticia después de conocer que se produjeron incursiones en el mar que finalizaron sin las esperadas llamadas.
No son casos aleatorios sino desgraciadamente demasiado constantes, convirtiendo las rutas de los espigones en las más temerarias.
Los integrantes del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil siempre lo dan todo para intentar rastrear el camino que lleve a aportar algo de luz en estas historias asociadas a la inmigración.
En este caso la principal traba es el tiempo que el cuerpo ha permanecido en el mar atrapado hasta salir a flote y posibilitando que la tripulación de una recreativa particular diera la voz de alarma para que la Benemérita recuperara el cuerpo.