El niño de 13 años que cayó en un pozo abandonado en Belfaa, en la provincia de Issafen, Ait Baha, ha fallecido en el Hospital Regional Hassan II en Agadir (sur de Marruecos) debido a las complicaciones de las heridas sufridas en el accidente, según informan los medios de comunicación marroquíes.
Su muerte trae a la memoria la tragedia de Rayan, el niño de 5 años que perdió la vida en similares circunstancias a comienzos de 2022 cerca de Chauen.
La región de Belfaa se vio sacudida ayer domingo, primer día de octubre, por este accidente que causó una gran conmoción entre quienes lo presenciaron o lo siguieron a través de las retransmisiones en vivo.
Según fuentes consultads por Agadir 24, el menor se precipitó por un pozo estrecho y abandonado de más de 30 metro de profundidad mientras jugaba junto a él.
El incidente movilizó a todas las autoridades de seguridad y protección civil para, finalmente, rescatar al niño después de un arduo esfuerzo.
El propietario del pozo fue arrestado ya que las propias autoridades lo habían instado anteriormente a cerrar el pozo, pero no cumplió con la orden, lo que ocasionó una tragedia similar al caso de Rayan.
El niño sufrió contusiones y heridas graves, por lo que fue rápidamente trasladado en una ambulancia de protección civil al Centro Hospitalario Regional Mokhtar Soussi en Biougra para recibir el tratamiento necesario.
Una vez más, esta tragedia plantea preguntas interminables sobre el grado de respeto de los propietarios de los pozos hacia las medidas de precaución para evitar este tipo de dramáticos sucesos.
El fallecimiento de Rayan ha sido el más mediático, pero no el único protagonizado por niños que han perdido la vida en similares circunstancias. Precisamente a finales de agosto una pequeña de 3 años falleció al precipitarse a una "moutine" -pozo para recolectar agua de lluvia- dentro de una villa en las afueras de Tánger.