“La Asociación advierte de su intención de denunciar a los ciudadanos que amenazan, insultan o denuncian falsamente a nuestros compañeros en los medios de comunicación”
Hace meses que la Asociación Española de Guardias Civiles tomó la determinación de denunciar a los ciudadanos que amenazan, insultan o denuncian falsamente a nuestros compañeros en los medios de comunicación. Los lectores pueden pensar que son hechos puntuales, pero desgraciadamente es una práctica más común de lo que parece, porque las redes sociales han disparado este tipo de delitos.
En nuestra ciudad estos delitos tienen una mayor repercusión, porque los delincuentes no dudan en identificar, incluso poner el domicilio del compañero para intentar desacreditarlo y amedrentarlo en su labor profesional. No son pocos los guardias civiles de Ceuta que han sido víctimas de estos delincuentes que, ante cualquier actuación policial, usan las redes para insultar y denuncian falsamente a los guardias civiles.
Las redes sociales son utilizadas por los ciudadanos para dar su opinión sobre lo que consideran oportuno y muchos lo hacen sin reflexionar sobre lo que expresan en estos cortos mensajes, lo que no significa que no piensen lo que quieren decir. Un ejemplo de gatillo rápido en Facebook son los insultos a Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos en Cataluña, en la que una dulce señora le deseó que “la violaran y la llamó perra asquerosa”, y lejos de arrepentirse se reafirmó en su comentario. Inés Arrimadas contestó “aquí una muestra clara de odio. Voy a denunciar a esta señora. No sólo por lo que me dice a mí sino por todas las mujeres que han sido violadas”.
Esta semana he visto un mensaje en las redes sociales de Yunes Boufrahi, desconozco si es su nombre real o se identifica en la red con esa identidad. Un texto desafortunado que considero interesante analizar, porque utiliza para esconder su verdadera intención las palabras “musulmanes y marroquí”. El mensaje textualmente y reproducido fielmente, tal y como está escrito, es el siguiente:
“Picoleta Picoleta. poner nombre porfavor vaya ser que nos confundamos con alguna persona que no es. una picoleta que iba con su moto y arastro aala mujer y la mato así de claro para entenderlo.ke cuando se trata de un musulmanes o alguno de marruecos.poneis el nombre y apellido en mayúscula y también su mote no”.
El mensaje, que fue respondido por varios ciudadanos, denota varias cuestiones que consideramos interesante narrar, porque retrata la verdadera intención del autor, por qué no decirlo, un cierto odio a la Institución, como bien percibió Inés Arrimadas en su comentario. La primera apreciación que debe dejarse clara es que este hombre miente, porque no he visto en ningún medio de comunicación el nombre y apellidos de ningún ciudadano que ha tenido la desgracia de atropellar a otro. No lo he visto nunca, porque no ha ocurrido y porque diría muy poco del medio de comunicación, pero esto no le impide mentir, ya que su única intención es arremeter no contra la compañera, sino contra la Guardia Civil. La segunda, que denota un desprecio sobre la profesión de la persona que ha tenido el accidente, cosa muy común en determinados ambientes y, por tanto, su interés no es precisamente que se haga justicia, más bien trata de ajusticiarla y desacreditarla, lo mismo que dos elementos que muestran el mismo odio en sus comentarios.
La tercera -permítanme un punto y aparte- porque utiliza su presunta identidad religiosa “musulmán” de forma torticera y victimista para ganarse apoyos en su intento de levantar un estandarte que no le corresponde, porque los ceutíes independientemente de nuestras creencias, no estamos dispuestos a que se utilice nuestra Fe para alterar nuestra perfecta convivencia.
Afortunadamente hay cosas que ya no cuelan en nuestra ciudad. En Ceuta, eso ya no cuela.