La tumba 4838 del cementerio de Sidi Embarek ha acogido este martes el entierro del joven magrebí cuyo cadáver fue recuperado del mar el pasado jueves a la altura de la Almadraba, en Ceuta.
Ha sido imposible su identificación. Portaba un pantalón vaquero de color azul muy corto con cinturón negro además de ropa interior de tonos marrones y blancos. La falta de documentos u otro tipo de pertenencias ha hecho inviable saber quién es.
Los integrantes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial y del Laboratorio de Criminalística han reseñado los datos que forman parte de esa particular de base de fallecidos que terminan siendo enterrados sin una plena identificación.
Suposiciones y ninguna confirmación
Cuando la Guardia Civil lo sacó del agua llevaba al menos 7 días muerto. Se estima que pudiera tener algo más de 30 años. En este tiempo en el que se ha podido aguantar sin ser enterrado nadie ha preguntado por él ni se ha denunciado su ausencia de ahí que cualquier dato en torno al fallecido forme parte de las meras suposiciones.
Se cree que, por coincidencias temporales, pudiera ser alguno de los magrebíes que están aprovechando la niebla para pasar para Ceuta vistiendo bañador o ropa corta de verano.
La Funeraria Al-Qadr ha procedido al traslado del cuerpo hasta Sidi Embarek en donde se le ha rezado y despedido arropado por los trabajadores del propio cementerio y de esta entidad.
La ruta de los espigones
Aquí ya han sido enterrados varios jóvenes fallecidos en la ruta de los espigones, habiendo repuntado la cifra de tragedias desde el cierre de la frontera a la actualidad en un periodo de restricciones fronterizas.
A esas muertes se suman los desaparecidos, aquellos que tras comunicar a las familias que se marchaban ya nunca más volvieron a aparecer y ni siquiera se pusieron en contacto con sus seres queridos lo que hace presagiar lo peor.