La Guardia Civil de Ceuta perfila la reorganización de sus unidades de cara a la creación de la unidad específica de Fiscal y Fronteras. La cúpula de la Comandancia se ha reunido ya con los representantes de las asociaciones con implantación en la ciudad para detallar los pasos que se tienen que llevar a cabo en un plan que afectará de lleno a la estructura que tenía hasta la fecha el Instituto Armado.
La Compañía de Seguridad Ciudadana pasará a dividirse en dos grupos: uno encargado de la custodia de los edificios públicos además de las conducciones de presos y otro centrado específicamente en el control de las costas y frontera más perímetro así como sus carreteras.
A primeros de septiembre los guardias civiles que están en Ceuta tendrán que pedir vacante en una de estas dos unidades que tendrán al mando un capitán. Los primeros 85 se quedarán en edificios públicos mientras que el resto hará servicio de perímetro y costas.
Los guardias más veteranos que quieran podrán quedarse en la unidad de protección cuyo mando principal será un teniente.
La medida aplicada por la Dirección General tras años de promesas a las asociaciones supondrá un cambio de todo el organigrama en vigor en la Comandancia implantándose de hecho una especialidad que ya estaba siendo realizada por los guardias civiles pero sin tener el reconocimiento específico de la misma. Ahora esos agentes pueden pedir servicio en el puerto o la aduana de Algeciras, por ejemplo.
Ningún miembro del Instituto Armado perderá el destino pero si no quiere ninguna de esas unidades se quedará disponible hasta que vaya a la que solicita.
La que ha sido denominada hasta la fecha como Compañía de Seguridad Ciudadana desaparece como tal diversificándose las funciones de los agentes a la protección de edificios como el juzgado o la Delegación del Gobierno o a la salvaguarda de las fronteras.
La Dirección justifica la medida por la relevancia estratégica de los territorios
Igual pasará en la Comandancia de Melilla que tiene que seguir la misma guía de la de Ceuta ya que ambas dispondrán del mismo organigrama. Hasta ahora los guardias civiles que realizan servicio en costas y perímetro no tenían habilitada esa especialidad y a partir de septiembre se les dará esa titulación y cobrarán un complemento.
Con este cambio la mayoría de los guardias civiles que quieran pasar a Ceuta deben realizar antes el curso de costas y fronteras ya que para prestar servicio en el puerto, Tarajal, costas o la valla se requerirá de dicha especificidad. Las Comandancias de ambas ciudades pasarán a ser mayoritariamente fiscal.
“La relevancia estratégica de los territorios afectados y sus peculiaridades en torno a la seguridad pública y el control de fronteras demandan acciones específicas de alto calado y aconsejan la cualificación del personal en un contexto totalmente extraordinario”, defiende la Dirección General como fundamento de este proyecto.
La Sección de Protección y Seguridad dispondrá de 91 puestos: 84 guardias, un teniente, un subteniente, 2 sargentos y 3 cabos; la Compañía Fiscal y fronteras tendrá 211 efectivos con un capitán, 3 tenientes, 7 sargentos, 6 cabos y 194 guardias.
“La próxima modificación de la OG 21/2021 que regula la especialidad de Fiscal y Fronteras prevé que todo el personal que se encuentre prestando servicio en las Compañías territoriales de Ceuta y Melilla el 1 de septiembre de 2023 recibirá la cualificación específica según corresponda”, reseña la Dirección respondiendo a un logro de las asociaciones.
Las claves
Dos unidades
División de la Compañía de Seguridad Ciudadana
Uno de los grupos se dedicará a labores de control de los edificios públicos además de las conducciones de presos, mientras que el otro tendrá que desarrollar las funciones específicas en costas y frontera.
Reconocimiento
Específico
Los agentes ya estaban llevando a cabo las funciones de vigilancia en las costas así como la frontera y el vallado que separa Ceuta de Marruecos, pero ahora dichas encomiendas tienen un reconocimiento específico y también concretado con un curso propio.
Y sin coches o cayéndose a cachos, literalmente.