Cierto es que la empresa municipal Obimace es una de las más socorridas dentro del panorama de las sociedades que dependen de la Ciudad Autónoma. Todos sabemos que dentro de ese organigrama de empresas que nacieron para dinamizar la actividad municipal y que fueron multiplicándose con el paso de los años hay muchas que han quedado, y los primeros que lo saben son los propios políticos, sin una actividad clara que, al final, no ha supuesto una renovación en todas ellas para adaptarlas a los nuevos tiempos.
Sin embargo, Obimace, que seguramente es de las menos nombradas por los ciudadanos porque no entra dentro de ese paquete de las mayestáticas sociedades que llevan lustros, sigue con su trabajo de hormiga, pero con una efectividad clara en el servicio al ciudadano. Tengamos en cuenta que Obimace no deja de ser la sustitución de lo que en su día fue la Brigada de Obras, trabajadores que estaban al quite de mil y un problemas de los ciudadanos y que se solucionaban, en la mayor parte de las ocasiones, con una inusual rapidez.
Por ejemplo, en un reportaje que publicamos en nuestra edición de hoy nos encontramos con que durante los meses de julio y agosto, aproximadamente, esta sociedad municipal ha realizado más de cincuenta acciones por día, lo que supone una gran capacidad de maniobra y cumplimiento de sus obligaciones.